5 de noviembre de 2014

Las patatas estofadas de la abuela...

 El lunes os paseaba por bonitos exteriores campestres y hoy miércoles os meto en mi cocina para preparar juntas unas sencillas patatas estofadas. Yo las llamo el guiso de la abuela, porque así conoce Celia el delicioso plato que me enseñó mi madre a cocinar y que a ella le encanta. Además ya apetecen más platos caseros y calentitos. Por fin empieza a refrescar y a parte de haber sacado botas y abrigos, también en la cocina nos animamos a preparar entre fogones platos más elaborados. Son sencillas, pero también lo tradicional tiene sus pequeños trucos y requiere de tiempo y amor para que salgan de rechupete...¿Me acompañáis preciosas?...
 Como siempre esparzo velas junto a las otoñales calabazas que adornan este mes mi cocina...
Afuera a pesar del leve solecito que se asoma, las temperaturas han bajado en mi ciudad unos cuantos grados...

 Coloco los ingredientes...Costillas de cerdo, tomate frito, cebolla, un vasito de vino blanco, un machado de ajo y perejil, harina y por supuesto patatas...
 Mi pequeño secreto es sencillamente enharinar las costillas, ese simple gesto hace que el plato salga muchísimo más suculento...

Después las sofrío hasta que queden ligeramente doradas...
 Las retiro...
 En el mismo aceite impregnado de harina frío la cebolla hasta que se dore...
Cojo las patatas que yo siempre miro que sean de máxima calidad, especiales para guisar...


 Cuando la cebolla está en su punto le añado el tomate...
Después segundo truco a tener en cuenta. Las patatas no las corto perfectas, sino que les clavo el cuchillo y las voy rompiendo. Así de esta manera se impregnan mucho más del sofrito...

 Tal cual las veis...
Preparo el machado de ajo y perejil y lo mezclo con el vasito de vino blanco...

Añado las patatas y las costillas al sofrito y dejo que se refríe todo junto unos minutos...

 Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii chicas que el buen aroma se esparce ya por toda mi cocina...
Le añado a todo ello el machado...

 Ese delicioso vino y ese perejil se mezcla con las patatas y entonces es que dan ganas de hincarle el diente...
 Pero falta añadirle el agua...
Y cubrirlas por completo...

 Ahí las tenéis, tardarán unos cuarenta y cinco minutos en cocerse. Eso si a fuego medio para que se vayan haciendo poquito a poco...
 Que maravilla y como gusta en casa este sencillo plato enseñado por mi madre. Yo aprendí a cocinar viendola a ella rodeada de cacerolas y con ese aroma que se esparcía por toda la cocina y que aún ahora asocio y recuerdo con especial cariño...


 Y que mejor para acompañarlo con una buena ensalada. A mi me gusta añadirle pequeños toques como taquitos de queso fresco, verde aguacate y deliciosas avellanas...

 Y mi guiso sigue cociendo...
Hasta comprovar que la patata ha quedado melosa...

Y la costilla en su punto tierno...

 Vamos preciosas que ya están listas para ser devoradas por los míos...
Suelo dejarlas con algo más de caldo porque en casa las prefieren así. Mezclar caldito, patatas y costillas...

 Y como no. Ante semejante aroma, Yaiza se asoma para comprobar que se cuece hoy en la cocina...
Pues unas tradicionales patatas guisadas como antaño. Con mimo, tiempo, ingredientes sencillos y mucho más que apetecibles...

 Llaman a la puerta. Ya están aquí, hambrientos y sabiendo que hoy les espera un calentito y otoñal menú...
 Feliz comida para todas...Hoy yo he querido dejaros una simple receta porque en este blog de eso se trata. Del día a día y de las cosas sencillas que son la esencia de la vida...
Montones de besos con aroma de patatas...

7 comentarios:

  1. Hola Maite, que plato más sencillo y que bien explicado y fotografiado parece que el olorcito llega hasta mi cocina, tus dos trucos también los usaba yo (cuando cocinaba) así rompiendo las patatas ya espesan el guiso, cuantas veces en las cosas simples y sencillas esta el aroma de la vida.Tus hibiscos veo que están llenos de capullos reventones.

    ResponderEliminar
  2. ummm que rico!!! me pasa como a Marta, creo que me llega el olorcito tan bueno, las haces casi igual que yo, con la diferencia de que yo tiro de olla expres y sustituyo la salsade tomate por pimentón, bueno también pongo las costillas un poco antes que la patata porque nos gusta que la carne quede muy muy blandita y si pongo todo a la vez la patata se me desharía.
    La próxima vez probaré a hacerlas con la salsa de tomate que me da que debe quedar buenísimas!!!

    ResponderEliminar
  3. Que pinta, tienen que estar de chuparse los dedos.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  4. Qué ricass! yo también parto las patatas como tú, consejo también de mi madre.
    Como se añoran sus comiditas verdad? Por cierto me encanta el cuadrito que tienes detrás de la vitro, de donde es?
    Un besito.

    ResponderEliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  6. Buenas tardes: ¡Vaya si apetece un estofado o un cocido!, es que como dice Menchu hemos pasado del "veroño", aquí al invierno. Nunca he hecho el estofado de patatas con salsa de tomate, siempre he utilizado pimientos choriceros o pimentón de la Vera, pero la próxima vez voy a hacerlo según tu receta porque tiene un aspecto estupendo. Um abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Hola!!!! Qué buena pinta tienen esas patatas estofadas .... yo soy mucho de cuchara y más aún cuando llega el frío. Me apunto tu receta ....yo las hago con trocitos de ternera y albóndigas pequeñitas. Ah! tomo nota de tus trucos ... te cuento mi toque final .... y es añadirle en el último momento un buen puñado de piñones ... a mi niño mayor le chiflan. Cariños ... me voy a ver tu última entrada jejeje.

    ResponderEliminar