30 de septiembre de 2014

¿Un trocito de bizcocho?...

Buenos días preciosas, ¿estáis todas por aquí?...Bueno mejor que no seáis muchas porque esto es lo que ha quedado del bizcocho horneado este fin de semana. Todo aquel que pasaba por la cocina pellizcaba un trocito de él, así que tendréis que conformaros con una pequeñísima porción. Presumo de elaborar ricos bizcochos, me suben tremendos, tiernos y saborosos. Será por el pequeño secreto de separar las yemas de las claras y batir estas últimas a punto de nieve, o quizás por esa pizca de Licor 43 que les añado siempre, aunque yo creo que es el amor que les pongo a cada uno de ellos cada vez que los preparo. Lo que es cierto es que allí donde los llevo triunfan hasta el punto de quedar de ellos solos las migas...

La prueba está aquí, tan solo un par de días y ni siquiera queda ya ni la mitad de él. Así que os lo voy a servir antes de que desaparezca por completo... 

Os merecéis un bonito recipiente y escojo el pastelero de porcelana blanca, el mismo que sirve de frutero, de portavelas y para colocar rica repostería...


Y allí que coloco el bizcocho, no sin olvidarme de decorarlo con sencillas ramas de flores secas...

Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii que delicia de corte tiene, esponjoso y con ese aroma a vainilla que siempre le añado a la masa...



Esta pidiendo a gritos ser probado por todas y cada una de vosotras...

Ya veis que yo decoro hasta la repostería. Pasteles, magdalenas y tartas quedan mucho más deseables si les ponemos algún simpático toque especial. Yo casi siempre apuesto por flores, hiedra verde y ramitas cualesquiera que sean...


Allí os lo llevo, al salón...Yaiza ya hace tiempo que lo ha olido y me mira con insistencia, por si le corto una pequeña porción que degustar...


A través del ventanal asoma de nuevo un día gris y lluvioso, totalmente otoñal...

 Y no me lo pienso, os enciendo velas, el martes de hoy lo pide a gritos



Día perfecto para un café calentito, tierno bizcocho de yogurt, velas que iluminan y muchísima charla repleta de confidencias...


Que más da que de nuevo lloviznee en nuestras ciudades...


Si podemos regalarnos un tarde de ensueño disfrutando de nuestros cálidos interiores, acompañadas de todos aquellos a los que amamos, yo con mi Yaiza, que lo mismo dormita un rato que abre los ojos curiosa mirando mis idas y venidas...



Hoy os invito a una sencilla merienda, da igual los kilómetros que nos separen, a esta ventanita nuestra le sobra tantísima imaginación, que es como si estuvierais todas sentadas en mi salón platito de bizcocho en mano...

                                                                ¡Feliz día!

Hoy la hiedra se transforma de corona en la escalera a guirnalda recorriendo la bandeja del bizcocho... 
                                                                      
                                                     Infinita inspiración...

29 de septiembre de 2014

Ese domingo otoñal...

Ya sabemos todas que el otoño es caprichoso y cambiante, un día amanece soleado y al siguiente te sorprende con otro día nublado. El domingo de ayer nos trajo intensa lluvia, desde la mañana hasta la noche, no quiso darnos tregua alguna, cayendo con tanta fuerza que hasta mis plantas parecían desear que por unos instantes cesara ese agua que las iba empapando de arriba abajo. Por la mañana subíamos las cortinas y ya divisamos ese cielo plomizo que nos saludaba. ¡Bienvenido otoñal domingo!...

Gotas de lluvia resbalando no solo por las hojas y flores de mi vergel, sino también por los muebles de madera, la tarima y las celosías. Ya me tocará luego, dentro de unas semanas, lijarlas ligeramente y pasarles el aceite de teca, única manera de conservarlas en perfecto estado...

En fin, que de danzar como el sábado por el vergel, nada de nada. Mejor dentro de casita, con las luces encendidas, las ventanas cerradas y viendo a lo lejos la fina lluvia cayendo. No estuvo mal el plan dominguero...


Y me entretuve parte de la mañana con mis plantas de interior, ellas también aunque menos necesitan sutiles cuidados...


Que maravilla chicas, afuera mi vergel exterior reverdeciendo con el caprichoso otoño y adentro mi otro mini jardín brillando más que nunca...



Porque es en los días como el de ayer que sino fuera por cóleos, anthuriums, orquidéas, crasas, cañas de bambú y palmeras varias, mi hogar no sería tan hogar. Es gracias a ellas que se ilumina todo y a pesar de la falta de luz, ellas aportan tanta vida que hasta olvidamos los plenos días otoñales que se nos vienen encima...


Si afuera ayer no hacía falta hacer nada de nada porque el día ya aportaba todo lo necesario...

Agua a raudales...


Humedad ambiental perfecta...


Y total sombra que ellas también agradecen...


Adentro me dediqué a podar, cortar flores marchitas, abonar un poquito,  regar ligeramente y pulverizar esa humedad que en interiores tanto necesitan... 



Reconozco que las plantas de interior dan mucha menos faena que las de terrazas y balcones. Con dedicarles un día a la semana les sobra para mantenerse perfectas, verdes y majestuosas. Y sino observar mi caja de madera repleta de coleos, palmeras y anthuriums...

O mi cubo de zinc pintado con las fitonias que asoman tras él...




Pero eso fue ayer porque hoy el escenario, aún siendo el mismo, recibe matices muy distintos. Sol a raudales colándose por los ventanales, cielo azulado y poquísima humedad...
Hoy si que si, el otoño nos muestra la mejor de sus caras y hasta Yaiza aparca su siesta habitual para dejarse acariciar por el solecito de la mañana de lunes...

Y me reactivo, recorto una liana de hiedra grande y elaboro una sencilla corona para colocar en la baranda de la escalera, mañana os la mostraré con mayor detenimiento...

Y dentro de mi especial cocina, horneo un delicioso bizcocho de yogurt para sorprender a los míos...

Escondido debajo del mantelito a cuadros está, esparciendo aroma por toda la estancia. Mañana si es que queda algo de él os invitaré a una deliciosa porción...
Caprichoso otoño, cambiante y lleno de múltiples estaciones juntas. Un día parece primavera pura y al siguiente es como si se anunciase un inminente invierno. Pero a mi me gusta, los colores que aporta, los aromas que desprende y la luz tan especial con que nos sorprende todas las mañanas...

Iniciamos nueva semana, mitad Septiembre, mitad Octubre y la llenaremos hasta rebosar solo de cosas maravillosas. ¿Estáis de acuerdo preciosas?...