30 de noviembre de 2016

Detalles vergelianos repletos de Navidad...

Buenos días de miércoles vergeliano. Llegadas estas fechas nuestra sección preferida se viste de fiesta, color y Navidad. Me encanta recibir a mi correo vuestras maravillosas fotos de todos esos rincones vestido para celebrar, compartiendo así, esas decoraciones tan y tan entrañables. ¿Empezamos chicas?...
De nuestras islas cálidas nos llega el centro de Adviento de Fátima, un centro repleto de tonos lilas, piñas naturales, cesto rústico, velas blancas, pájaros con sofisticadas plumas y un simpático angelito. Quizás él tenga vergüenza de tanta vergeliana mirándolo pues se tapa su carita con sonrisa risueña. Mis ojos se alargan en la instantánea para deleitarme con esos cojines ideados en los mismos colores que el centro y en esos otros dos nuevos ángeles sentados en la mesa...
Fátima has creado este año un arreglo sencillo pero con un encanto que solo esos vibrantes tonos escogidos pueden conseguir...
Después esta mujer nos cuela también por aquí el centro de Adviento de su hermana Carmen. Me cuenta que la está convirtiendo en una total vergeliana y yo creo que se nota porque los detalles utilizados son de nuestro mismo estilo. Copas de cristal, lazadas a topos, gran flor de poinsetia y esos muñequitos adorables que asoman tras las velas. Y que me decís de los coquetos cojines colocados para recibir la Navidad, me han enamorado las estrellas mágicas y la puntilla que recorre uno de ellos, tasando a la perfección con su centro de Adviento.

Carmen, bienvenida a esta ventana, como tu hermana, se nota que amas la decoración y los pequeños detalles, así que, desde ya, te nombramos nueva vergeliana a esta ventana diaria...
Y ahora chicas cruzamos juntas el gran Charco para llegar hasta el mismísimo México. Allí nos recibe nuestra Elena Rascón para mostrarnos su sofisticado centro navideño. Yo creo que esta mujer es pura elegancia y sino fijaros en los detalles escogidos para crear semejante conjunto. Altas velas blancas, bayas rojas, ramas naturales y renos maravillosos en luminosa plata. Todo ello sobre su mesa de centro con mantel especial colocado. Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii Elena como nos gustaría a todas estar ahora mismo sentadas alrededor de tan vestida mesa...
Seguimos en México, pero ahora nos desplazamos hasta el hogar de Aide. En él nos topamos con una roja poinsetia recién comprada por su dueña. Se nota la pasión de esta mujer por las plantas, en cada momento y estación nueva variedad que lucir...
Eso si, colocada en el lugar que merece y una roja flor de Navidad debe exponerse en una blanca mesa y rodeada de detalles que la sepan destacar...
Después Aide crea un centro de Adviento que transmite su alegre carácter y nada mejor que esa hada curiosa escondida detrás de la gran piña, ese muñeco de nieve divertido que parece saludarnos desde la distancia y esas velas en rojo pasión. Fijaros chicas, que ellas llevan pegadas con pequeñas estrellas nubes algodonosas numeradas. Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, como se nota que en casa de Aide hay por ahí una pequeña princesita divertida y encantadora...
Por cierto Aide, nos morimos de ganas de ver tu chimenea encendida, ahora en tiempo navideño tiene que ser una auténtica gozada. En familia, con tu peluda tumbada delante, quien no quiere vivir ahí todas las fiestas...
Y nos despide tan simpático muñeco de nieve alzando sus manitas, debemos volar hasta otro encantador hogar...
El de la increíble María Bracaccini. Ummmmmmmmmmmmmmmmmmm, yo es entrar en este hogar y llenarme de total calidez, como si estuviera en casa de mama o de esa tía a la que tanto se quiere. Primero vamos a deleitarnos con su escogido centro de Adviento...
Natural de todas, todas. En una amplia bandeja María ha colocado piñas encontradas en sus paseos, ramas de abeto, un verde arbolito y esa casita blanca de cerámica recién comprada. 
Se me van los ojos a esa vela con un delicado ángel plasmado, es preciosa, como también son adorables esos pajaritos posados en las piñas, un guiño simpático para un centro entrañable...
Y ahora vayamos todas a dar una vuelta por los rincones de semejante mujer. Nos paramos delante de otro arreglo festivo con Papa Noel incluido...
Nos deleitamos ante una balda repleta de  coloridas postales navideñas...
Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, que perfectamente vestido ha quedado el ventanal de María con esos gorros, calcetines y florecillas brillantes recorriendolo todo...
Imposible no detenerse ante una nueva repisa donde contar botecitos de porcelana y demás figuras navideñas...
Y nada mejor que una pequeña mesita cerca del gran sofá para esparcir mucha más inspiración. Con esa lámpara encendida al anochecer, la magia se apodera más aún de un hogar que nos enamora...
Pero no hay blanca Navidad sin un gran árbol que lucir y nuestra María lo sabe. El suyo llega hasta el techo, tan grande como todo el amor que ella tiene. Verde, lazos rojos, bolas de colores infinitos y renos. No me extraña que sus nietos se queden boquiabiertos ante él, deben pensar que su abuela es única e irrepetible. Después viene cuando sus princesas empiezan a descolgar adornos y llenar el suelo de ellos. Pero a María no le importa, con verlas felices jugando le es suficiente...
¿Sabes una cosa María?, me ha encantado ese ángel vestido con su túnica blanca coronando el alto árbol, casi parece querer tocar el techo, un techo que con ese esponjado en su pintura, parece querer recrear las mismísimas nubes del cielo...
Volamos de regreso vergelianas, para poner los pies en un hogar recién estrenado que hace días nos encandiló. Marta Lladó ha querido colarnos por aquí su centro de Adviento. Pero no es cualquier cosa chicas, representa un guiño a su mar Cantábrico, ese mar que ella adoptó un buen día con tanto amor en su corazón. No es mujer marta de celebraciones navideñas y yo no sé porqué, quizás algún buen día nos lo cuente, toda una pena, con las manos inspiradoras que tiene lograría unas decoraciones festivas dignas de una reina...
Y sino deteneros en semejante centro. Un cuenco de cristal escogido, sobre él, candelabros con velas blancas, a cada una atada con delicadeza una rosa con tarjeta numerada para cada encendido y sobre el fondo del cuenco, bueno sobre el fondo...
Todo aquello que solo el mar puede ofrecernos. Conchas, caracolas, piedrecitas y la mismísima arena que esta mujer ha ido recogiendo en sus muchos paseos por las playas preciosas de su Asturias...
Millones de gracias Marta por acercarnos tu nueva tierra, plasmarla en tu centro y compartirlo con todas nosotras...
Como me enamoran los centros de Adviento elaborados con inspiración, los que reflejan con detalles la clásica Navidad con esos rojos y blancos. Daniela Bertrams es lo que tiene, a parte de ser una gran mujer amante de los animales, tiene manos verdes para las plantas y un don especial para la decoración. Esos tarros de cristal, esa nieve en su interior, esas piñas recogidas, esas lazadas a cuadro vichi y esas estrellas de tela reflejan todo eso y mucho más. Sin palabras me ha dejado su conjunto ideado para decorar su mesa festiva. Más calidez imposible derrochar porque yo celebraría ahí mismo sin pensarlo, todas las fiestas de este año...

Y llegamos al final del recorrido vergeliano de hoy. He querido terminarlo con dos entrañables fotos de nuestra Teresa Esteban. Os preguntaréis porque solo dos...bien fácil, ella me mandó ideales fotos de todos sus rincones navideños y semejantes instantáneas se merecen una sola entrada. Guardan tanto amor y tantas maravillas que cuando os lleguen a todas vosotras os van a hacer pensar que la Navidad puede aún ser más mágica que nunca...
Un goloso adelanto chicas...
Y las puertas entreabiertas de su hogar para deleitarnos el próximo miércoles chicas...
¿Vais a poder esperar?...
Bueno, bueno, bueno...hoy no podréis quejaros chicas, mejor mix navideño inspirador no se puede soñar. 
Que bien me siento cuando compruebo que hay vergelianas repartidas por todos los continentes, mujeres cada una con su estilo, con sus colores,  con su especial manera de ver la Navidad y de vivirla con ganas. Eso si, con idénticos corazones enormes y mucho amor por derrochar. ¡Sois geniales!...
¡Feliz miércoles y hasta mañana!

29 de noviembre de 2016

Martes de relajado rincón...

El martes de hoy va de relajado rincón, éste que se cuela irresistible por aquí en enorme instantánea. Siempre que me sobra ese ratito del día exclusivo para mi, me busco el lugar ideal para desconectar recargando pilas de la mejor de las maneras...
Me basta mi pequeño reino particular, un buen libro, un delicioso té llegado de bien lejos, un nuevo sofá...
Y por supuesto, una hermosa planta de temporada con la que alegrarme los sentidos...
Pero dejadme chicas que la coja del exterior para enseñárosla bien cerquita entre mis propias manos...
Otra rosada col otoñal...
Que lo mismo viaja de dentro a afuera, de arriba a abajo y de estancia en estancia...
Creado hace días este nuevo rincón de lectura, necesitaba una bonita variedad que se colara con colorido a través de la balconera de cristal...
¿Os acordáis chicas de las crasas verdes que sobresalían a través del romántico macetero?. Pues han sido sustituidas por esta maravilla de rosetón lilaceo que ahora se erige entre todo el verde del pequeño balcón...
Un rincón como éste, se merecía la mejor de las variedades, un punto de color para este invierno inminente...
                                            
Y yo amante incondicional de las coles, no pude resistirme al mercado floral del jueves para hacerme nuevamente con una. Si supierais lo fácil que es cuidar de ellas, lo poquito que piden, y lo rápido que se alzan, abriéndose en enorme flor, no dudaríais en comprar varias para lucirlas con pasión...
Pero levantemos las cortinas chicas, una apasionada lectura necesita de enorme luz natural para ser devorada... 

Como adoramos las vergelianas las novelas especiales, creo que somos muchas por aquí las aficionadas a leer y leer, una pasión que solo las que la compartimos sabemos que nos enriquece alma, mente y espiritú...

Eso si, acompañada siempre por un especial té, esta vez llegado de bien lejos, del mismísimo New Orleans regalo de mi Teresa Esteban como parte de su paquete navideño...
¿Os suena Minna Lindgren?, aurora finlandesa recién descubierta por una servidora y que me ha robado el corazón...

Lectura nuevamente nórdica la escogida, para sumergirme en páginas y páginas bajo el título de "Tres abuelas y un cocinero muerto"...

Irresistible de todas, todas...
Mucho más si me monto mi rincón particular de media tarde en plena habitación...
Butaca de mimbre, cálidos cojines, té earl grey, balconera acristalada, luz total y una alta col rosada para deleite total...
¿Pero falta un pequeño detalle que toda vergeliana nunca debe olvidarse?. Portavelas encendidos para una nota más de mágica lectura...
Sobre la mesita...
Todo en perfecta armonía, todo ideado y preparado para sentirme como una reina...
Una reina en este vergel en la ciudad...
Os dejo chicas, me muero por seguir leyendo las hojas de una historia narrada en Escandinavia que me ha enganchado hasta el infinito...
Mañana toca inspiración navideña y centros de Adviento llegados de la mano de unas cuantas vergelianas. Pero cuanta cosas bonitas me llegan a mi correo, sois todas mujeres repletas de ilusión, espíritu festivo y ganas de trasmitir lo que emana de vuestros corazones. Con todo ello, imposible que no surjan detalles hermosos. ¿Queréis comprobarlo?...
¡Hasta mañana y feliz tarde para todas!

28 de noviembre de 2016

Mi especial centro de Adviento...

Madre mía, que perfectamente conectadas estamos todas las vergelianas. Ayer, antes de leer vuestros comentarios, yo ya había escogido mi especial envase para elaborar el nuevo centro de Adviento. Y no fue otro que la sopera de porcelana, esa sopera que os encantó a todas alzándose como la ideal entre todas mis mujeres, pura telepatía la que ronda por aquí...

Así que otro final casi de año y otro inspirador centro de Adviento elaborado, con mi tradicional verde musgo...
Una ramita de acebo...
Una encantadora casita de pájaros nevada...
Letreros de madera escritos en elegantes frases con estrellas colgantes...
Y cuatro incondicionales velas en color blanco...
Rellené la sopera con todo el musgo posible, bien repleta y desbordante, introduje con cuidado las cuatro velas y me dispuse a inspirarme, haber que salía este año...
Coloqué con gracia la ramita de acebo sobresaliendo por uno de los lados...
Único toque de rojo estas navidades de la mano de las pequeñas bayas, ellas resaltan con vigor sobre el blanco de la sopera...
Después en un arranque de diferente creatividad, he querido utilizar el azul maravilloso, en este centro de Adviento...
Para ello cuatro tarjetas alargadas con frases en dorado viejo que me han enamorado...
Cada una de ellas va unida a su vela por una fina cuerda y una pequeña estrella de madera...
La casita de pájaros nevada tendrá que quedarse fuera del centro, no me cabe de ninguna de las maneras. No sé yo como calculé el espacio de mi sopera, me emocioné pensando que cabría luciendo especial. No importa chicas,  le encontraré un lugar privilegiado en este hogar para que luzca de maravilla...
Ya está chicas, mi nuevo centro de Adviento de este 2016. No está nada mal teniendo en cuenta que calculé mal la fecha y el tiempo se me vino encima, además de no estar yo muy inspirada estas fechas. Pero a veces las fuerzas y las ganas te invaden de repente, comprendiendo que es necesario seguir con aquello que adoramos, por los nuestros y por aquellos a los que les encantaría compartir especiales momentos y ya no están junto a nosotros...
¿Sabéis lo que más me gusta del arreglo vergelianas?...
Las tarjetas que adornan las velas, con ese mágico color, con cada frase escrita en ellas y con esas estrellas numeradas indicando la vela que debe ser encendida...
En la primera..."Felices fiestas" que yo deseo para mi, para los míos y para todas las vergelianas...
En la segunda..."Muchas gracias" por estar ahí en todos los momentos, pero sobre todo, en aquellos que son tan difíciles de afrontar...
En la tercera..."Para ti", para cada vergeliana que entra en este vergel todos los días con esa amplia sonrisa que tan felices nos hace...

Y en la cuarta..."hecho con amor", con ese amor que tanto nos sobra a todas y que también dosificamos en cada instante de nuestro día a día...
Esa es la clave de este maravilloso tiempo de Adviento que iniciamos chicas. Con cada domingo, encenderemos una vela, con cada vela, un deseo mágico pensado con el corazón y con cada deseo llegaremos a la Navidad, sintiéndonos mejores y más especiales...
Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, adorable mi nuevo centro, que bien tasan las tarjetas azules colgantes, con todos los textiles que este año no he querido cambiar...
Con el azulón bulbo perfumado que no para de florecer...
Como se aúnan así mismo, las rojas bayas y las flores de poinsetia, los grises de maceteros y los platas que todo lo recorren, la luz que se cuela a raudales y los primeros matices navideños...
Creo que este año chicas, mi Adviento tiene matices nórdicos con la blanca y delicada sopera, pero también clásicos con la ramita de bayas colgando sobre el verde musgo, sin olvidar ese azul escogido tan diferente y vintage...
Tradición encantadora la que iniciamos ayer. Quizás no sea muy de estos lados, pero yo la adopté hace ya algunos años, por su imponente significado, por la inspiración que me produce y porque nos preparamos con ella para festejar el nacimiento de Jesús...
Y mis verglianas, ¿sois de celebrar el Adviento?...
Creo que si, ya he recibido yo algunas fotos de preciosos centros de Adviento que pienso compartir ya mismo, todos muy personales, con su especial toque y su espléndida inspiración...
¿Hacemos entre todas un amplio álbum para este miércoles vergliano?...
Con la primera de mis velas encendidas anoche y el primero de mis deseos lanzado con el corazón...
¡Feliz lunes preciosassssssssssssssssssssssssssss!