28 de febrero de 2017

Atún en salsa...

Martes el de hoy chicas de receta sencilla y rápida. Hace tiempo que no os cuelo en mi cocina para rodearnos de ingredientes con los que cocinar un delicioso plato. No soy una gran chef, la verdad, lo de cocinar se me da bien, pero no me apasiona en exceso, aunque de tarde en tarde, me cuelgo el delantal y me emerjo sin prisas en probar recetas que gusten a los míos. La de hoy está compuesta por filetes de atún como principal protagonista. ¿Entramos y os la explico paso a paso?...
 No somos en esta casa mucho de pescado, más bien nos encanta la carne en cualquiera de sus variedades, pero como intento que llevemos una dieta bastante equilibrada y sana, pues que tres veces por semana a pesar de los pesares sirvo en mi mesa este aporte de proteína. Normalmente el atún lo suelo hacer con aceite de oliva en la sartén vuelta y vuelta, pero hoy me animo con una nueva receta fácil y rápida. Todo listo ya sobre la gran tabla de madera...
 Tan solo necesitamos dos lomos de atún, los míos son frescos, recién comprados esta mañana en el mercado de mi pequeña ciudad...
Media cebolla picada...
 Una cucharada sopera de harina...
 Un cuarto de vaso de vino blanco y medio de agua...
 Calentamos el aceite en la sartén a fuego vivo...
 Vuelta y vuelta al atún por sus dos caras, simplemente unos segundos para que quede bien sellado...
Lo reservamos...
 Rehogamos a fuego medio la cebolla hasta que llegue a dorarse...
 Añadimos la cucharada de harina dándole unas vueltas junto con la cebolla para que así la salsa adquiera color...
 Le esparcimos el vino blanco dejando que se vaya evaporando...
 Y así mismo le vamos incorporando el agua del vaso hasta que la espesura de la salsa quede tal cual la queremos, ni muy espesa, ni demasiado líquida...
 La trituramos en la batidora eliminando cualquier trocito de cebolla, la volvemos a colocar en la sartén llevándola nuevamente a ebullición y colocamos los lomos de atún cubriéndolos en gran parte con la rica salsita...
 Plato elaborado chicas en apenas veinte minutos...
 Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, se me olvidaba, como guinda final más bien decorativa, espolvoreamos el plato con perejil picadito...
 Así muchísimo mejor...Esperando está para ser probado por Víctor y por mi, Celia hoy no nos acompaña para comer. Creo que esta salsa le va a dar una gran suavidad al atún, una diferente forma de elaborarlo que espero nos guste a los dos. La verdad es que el olor que desprende es exquisito, ya estoy deseando sentarme a la mesa y acompañarlo con unas ricas verduritas asadas que ya  mismo empiezo a guisar...
 Hablando de mesa chicas, hoy se me antoja decorarla en total blanco. Como nunca faltan flores en mi mesa, cojo el jarrón de cristal con los claveles comprados el jueves pasado en el mercado semanal...
 Ohhhhhhhhhhhhhh preciosas, mirad como se han abierto en toda su plenitud...
 Ahora si que están repletos, quedarán geniales en el centro de mi mesa para dos...
 Cubiertos plateados, platos de florecillas, servilletas con delicados dibujos en gris claro...
 Portavelas de cristal con sus blancas velas a juego con el fondo del mantel y con las flores de clavel. Ya mismo las enciendo chicas, más que nada porque el martes de hoy a amanecido gris y tapado...
 Hay que reanimarlo no solo con un nuevo plato entrante de rica salsa, sino también con matices decorativos muy blancos que hagan resaltar la poquita luz que hoy se cuela a través del ventanal...
 No hay nada chicas como una cocina luminosa, blanca y serena. Cada día me alegro más de haber pintado todos los muebles que la conforman, de haberla transformado de la oscura madera al luminoso blanco...
 Ello me da pie a colgar esa calada cortina de remate ondeante que cada día me tiene más enamorada y a darme el capricho de colocar flores frescas en el centro de la mesa. Si hoy son claveles, otra semana puedo decantarme por margaritas o liliums maravillosos...
 Yo creo vergelianas que con tanto detalle inspirador, como que me dan muchas más ganas de meterme en ella y cocinar cuantos platos y postres se me pongan por delante. Si, ya lo sé chicas, por allí a lo lejos asoma un pedazo de bizcocho casero elaborado el mismísimo domingo. Ya veis lo que queda de él ¿por qué será?. Mañana ya os diré yo lo que también quedó del atún en salsa...
 ¡Feliz y culinario día de martes!

27 de febrero de 2017

Crasas en una maceta...

Pero que maravilloso, soleado, primaveral y brillante día de lunes tenemos hoy por aquí. No puedo quejarme chicas,  ni de este inicio de nueva semana, ni de fin de semana. El tiempo delicioso nos sigue acompañando y a mi solo me apetece permanecer en mis exteriores admirando mis variedades que inician un tímido despertar en colores y floraciones. Descubro que mi creativo criadero de crasas bajo el pino junto a la cocina está repleto de montones de ellas. Ya sabéis que cuando las corto en mis muchos paseos con los peludos, las plantó justamente ahí. Bajo la enorme tierra del gran macetón incrusto sus cortas raíces y sé sin dudarlo que al cabo de semanas y meses ya habrán proliferado regalándome hijuelos que poder reproducir...
Rescato de la cocina una vieja cesta de mimbre. ¿Adivináis qué voy a meter en ella?...
 Como buena jardinera la coloco encima del macetón, escojo las crasas que necesito y las corto con cuidado...
 En diversas tonalidades que van de los verdes a los amarillos, serán ideales para realizar lo que me ronda por mi cabecita...
 Me he convertido en toda una adicta de estas suculentas, empiezo ya a identificarlas por sus nombres y no hay vivero que pise que no me pare delante de ellas escogiendo una nueva que llevarme conmigo...
 Son innumerables las variedades, los colores, las texturas y las formas que poseen. Millones diría yo, así que no me aburro con ellas porque siempre hay una nueva descubierta que vuelve a sorprenderme...
 Pero, ¿sabéis lo que más me gusta de ellas?,  pues los hermosos centros que se pueden elaborar y que siempre lucen con viveza por encima de cualquier clásica planta. Y es eso mismo lo que hoy voy a regalarme...
 Me subo al gran vergel con una maceta que ha perdido belleza y verdor. Seguro que todas la reconocéis, pertenece a la librería del despacho. En ella planté hace montones de años un potos que no sé muy bien porqué se ha ido secando poquito a poco sin poderlo remediar. He intentado recuperarlo de todas las maneras posibles, pero se resiste, así que hoy será sustituido por un llamativo centro de crasas...
 Arranco por completo el seco potos reparando en lo bonita que es la jardinera que la albergaba, con esas flores incrustadas que la recorren de abajo a arriba...
 Rastrilleo la vieja tierra y le añado nueva...
 Y empiezo a plantar con delicadeza todas las crasas escogidas...
Sedum Angelina hacia el exterior del macetero, como son colgantes quedarán geniales...
 Sedum Palmeri a continuación, además como empiezan a florecer darán enorme colorido al conjunto...
 También coloco con sutileza diferentes variedades de Siemprevivas y Echeveria...
 Espectacular la versatilidad que aportan todas ellas bien pegaditas...
 El contraste de verdes y marronosos que asoman...
 Esos vibrantes amarillos de la mano de las florecillas a punto de abrirse...
 Esa ramita alargándose con diminutos capullos que yo creo que forman parte de un diminuto árbol de Jade...
 Y esos Sedum Angelina colgantes por encima del borde del coqueto macetero...
 Fijaros como coinciden en colores las flores pintadas en el envase escogido y las naturales acabadas de plantar. Sin pensarlo chicas he vuelto a concordarlo todo como perfecta vergeliana...
 Viendo tan precioso arreglo suculento, os confieso que ya no podría prescindir de estas variadas crasas en mis exteriores. Se han convertido en parte importante de mis rincones verdes...
 Se integran con todas las restantes especies, rellenan jardineras en cualquier estación y en cuanto empiezan a florecer son la envidia del vergel...
Echevarias, Árbol de Jade, Sedums, Rosa de Alabarce, Siemprevivas, Aptenia, Burro, Rosario...Todas ellas ya forman parte de mi especial jardincito en plena ciudad y las que me quedan por plantar y descubrir chicas porque son realmente infinitas en belleza, floración, formas y texturas...
Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii que bien queda mi recién plantado centro variado a pleno sol. Sin embargo ya escogí desde un principio donde sería ubicado y no será precisamente a la intemperie vergelianas...
 Vuelve nuevamente al interior, en pleno despacho, delante del ventanal recibiendo así toda la luminosidad necesaria. Mi pregunta es si será su lugar correcto, quizás necesite aire, lluvia y luz natural para evolucionar sin problemas. Haber si alguna de mis mujeres jardineras puede despejarme las dudas...

¡Feliz tarde de lunes!