31 de marzo de 2015

Retazos de unos días...

Una larga mesa...

Una gran terraza en plena ciudad...
Platos, vasos,  aperitivos, buen vino...
Una barbacoa encendida...
Y los famosos calçots que degustamos el domingo en familia...
Al llegar estas fechas es lo que apetece. Esa especie de cebolletas asadas a fuego lento en la parrilla. Y cualquier excusa es perfecta para juntarse en familia y saborearlas en un domingo totalmente primaveral. Tocó en la encantadora terraza de mi especial cuñada, un espacio al exterior agradable, lleno de plantas a punto de florecer y con un tenue solecito mucho más que apetecible...

Para todas aquellas que nunca habéis oído hablar de los famosos calçots, aquí los tenéis...Se compran directamente a los "pageses" de la zona, cultivadores que los siembran con sus propias manos. También pueden encontrarse en los supermercados, pero nada que ver con los anteriores, mucho más tiernos y sabrosos. Después se colocan en una gran parrilla para irse asando lentamente al vivo fuego...

Una vez asados, se envuelven en papel de periódico para que no se enfríen...
Y cuando ya están todos doraditos...A comerlos con mucho arte, tal y como veis aquí hacerlo a nuestro Víctor...
Para acompañarlos, nada mejor que deliciosa chistorra, pollo, churrasco y unas buenas llescas de pan de pagès tostadas en el mismo fuego...
Y a disfrutarrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr...
He de confesaros que a mi no me gustan, que le vamos hacer...Creo que exceptuando los peques que no los probaron, yo fui la única de los adultos allí presentes que me abstuve de saborearlos a pesar de su excelente presencia y su aroma delicioso...
Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii preciosas, que se me olvidaba. No hay magníficos calçots sin salsa con que untarse. Mi cuñado fue el encargado de elaborarla, una salsa de romesco a base de ñora, tomates, ajos, aceite de oliva, almendras, rebanadas de pan duro y hojas de perejil. Una vez lista y triturada, se suelen servir en unos cuencos de barro antiguos como éstos...
Feliz y relajada estuve yo todo el día del domingo. Rodeada de los míos, tomando algo de solecito primaveral, degustando rica chistorra y charlando en agradable compañía. Como me gustan las reuniones de domingo, dejando pasar las horas que se alargan y se alargan y más ahora que empezará a oscurecer mucho más tarde pudiendo disfrutar de los exteriores, de agradables paseos y de cervecitas en  terrazas...

Pero eso fue el domingo de calçotada en familia. El lunes llegó... Tras él, mi adorable flor de orquídea completamente abierta...


Ahora si que si, pétalos en su máximo esplendor como ya os lo había anunciado. Acercaros y apreciad los rosas, granates y amarillos que la conforman por completo. Curioso es ver como una de estas especies nos descubre una gran variedad de colores. Me cuenta Anahi Bello, seguidora de este blog, que allí en su lejano y bello país de Costa Rica cuando colocan juntas una orquídea blanca y otra granate en la próxima floración de ambas, las dos se teñirán en combinados colores, punteadas en blanco y granate. Increíbleeeeeeeeeeeeeeeeee, ¿no creéis?...

Ello me hace pensar si la mía no estuvo en su momento acompañada de otra bella orquídea en color rosado...
Y de la mezcla de ambas floreció ésta que hoy conforma parte de mi hogar...
Resaltando entre todo por su belleza y originalidad...
Martes que ya llegó, semana de vacaciones para muchas. Tiempo para dedicarlo a todo lo que amamos. Yo por mi parte me volcaré en mis vergeles, a mimarlos, a plantar, a recortar, abonar...Y por supuesto a tumbarme en mis hamacas leyendo esos libros encontrados en la biblioteca de mi ciudad. Habrá tiempo también para alguna escapadita a un pueblo encantador, quizás el Priorato o alejándonos un poco más al bello sur de Francia. Ya veremos chicas, lo importante es salirnos de la rutina y dejarnos llevar...
¿Me vais a contar vuestros planes?...
Feliz tarde de martes para todassssssssssssssssssssssssssssssss

29 de marzo de 2015

Abriendo...

 Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii guapísima, hoy paso por aquí volando. Me voy a celebrar una deliciosa calçotada en familia. ¿No sabéis lo qué es?...Mañana os lo explicaré palabra por palabra con detalles incluidos. Pero antes os dejo imágenes preciosas de mi orquídea a punto de abrir sus grandes flores. Sí, en esta mañana de domingo mientras desayunábamos en la cocina, nos ha sorprendido a todos la belleza de su colorido. Y digo sorprendido porque no teníamos ni idea de contar en casa con una orquídea de semejante color. Amarilla, con puntitos de un granate intenso y en pleno centro, reminiscencias rosadas...
 Después he recordado que la compré en el supermercado Aldi el año pasado. Me costó tan solo un euro porque estaba a punto de marchitarse y la cajera me la vendió por un precio simbólico. Yo me la traje a casa y la recuperé, sin saber ni de que color tendría sus flores...
 Ha tardado meses en decidirse a florecer, pero la gran espera ha merecido la pena porque me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...
 Quizás nunca me hubiera decidido a comprarla en semejante tonalidad. Las orquídeas en esta casa siempre han lucido en rosa y blanco, pero ahora  al verla delante mío adornando en plena cocina, confieso haberme enamorado por completo de ella...
 Exótica, diferente y encandiladora...
 Y eso que aún está por abrirse completamente junto a los demás capullos que la acompañan. En cuanto esto ocurra va a ser la envidia de todas mis plantas de interior...
 La voy a acercar tenuamente al solecito que se cuela por el ventanal, el empuje ideal para hacerla abrir del todo. Ya veréis como mañana se mostrará en todo su esplendor pudiendo apreciarle todos y cada uno de sus colores...
¿Querréis admirarla de nuevo?...Pues mañana por aquí la encontraréis junto con esa especial calçotada tan catalana que estamos a punto de degustar...
Disfrutad del domingo preciosas, el buenísimo tiempo soleado no solo hace florecer preciosas orquídeas, sino también nos empuja a sobremesas en familia que son la esencia de todo...

28 de marzo de 2015

Nuestro bosque primaveral

Hoy con el primaveral día de sábado que nos ha amanecido salimos al exterior que ya apetece y mucho. Sin abrigos, sin gorros, sin bufandas...a manga descubierta porque el solecito pica y de lo lindo. Caminamos Celia, Yaiza y yo hacia nuestro bosque cerca de casa, ese bosque que ha ido cambiando del duro invierno hacia un verde que aunque lento, ya empieza a desbordar...
Todavía quedan hojas secas en el suelo como recuerdo de los meses invernales. Sin embargo un manto maravilloso ha empezado a cubrirlas y dentro de unos días ya no quedará ni rastro de ellas...

 Y avanzamos...

 Adentrándonos poco a poco...
Que maravilla de entorno tan cerquita de casa, ideal para perderse una mañana olvidando el ajetreo de la ciudad...
Es como otro mundo paralelo libre de ruidos, donde el silencio solo se irrumpe por el canto de los pájaros...

 Nos topamos con altos árboles enredados con verde hiedra...




 Y mas adelante con enormes troncos caídos...
Tan grandes que atraviesan buena parte del camino...


 Yaiza nos mira, pretende que la soltemos para corretear libremente...

 Y Celia se relaja remirándolo todo...
No es para menos, todas aquellas que vivimos en ciudades valoramos como grandes tesoros, esos pedacitos de verde que oxigenan  nuestro día a día. Pequeños jardines a un paso de nosotras a  los que escaparnos tantas veces queramos...

 Por ello, en días soleados como el de hoy aprovechamos la espléndida mañana para perdernos por ellos...

 Una hora caminando después de un delicioso desayuno, que mejor manera de inaugurar el nuevo fin de semana que se nos pone por delante...
 Hasta Yaiza se queda extasiada subida a un gran tronco encontrado. Creo que empieza a cansarse de tanto correteo, toca volver a casa y desandar el camino...
 Ese hermoso camino que nos ha llenado de maravillosa energía, recargado las pilas y abierto el apetito...

 Y ahí lo tenéis, el puente de hierro alargado que une tal maravilla con la entrada a la ciudad...
 Nos despedimos del bosque primaveral que aún tiene que alcanzar su máxima y total belleza con el paso de los días. Se llenará de flores preciosas, de grandes hojas su árboles y de verde manto su suelo. Entonces volveremos cámara en mano para mostraros nuestro genial bosque preferido...
Preciosas, que perfecto inicio de fin de semana. Una salida al exterior con mi princesa, en un espléndido paseo de recién estrenada primavera...
Desde un pulmón de oxigeno en plena ciudad...
¡Feliz y maravilloso sábado para todasssssssssssssssssssssssssssssss!