12 de febrero de 2016

¡Hola vergelianas!...

Os lo debo chicas, por estos días de ausencia sin entrar a escribir ni una sola palabra por esta ventana. Una semana difícil la que llevo, con Víctor a mil kilómetros de distancia para cuidar de su padre tras una complicada operación. Yo por aquí nerviosa, intranquila, atareada a más no poder y con mi moral bastante mermada. La verdad es que si me ha sobrado algo de tiempo, no he tenido ganas de entrar a hablar con vosotras y lo siento porque ahora que os cuento todo ello, me doy cuenta de lo mucho que os echaba de menos. Pero hoy he subido a mi vergel y entre tanto verde me han sorprendido dos varas de preciosa lavanda florecida, entonces he pensado que tenía que enseñárselas a todas mis mujeres vergelianas.... Recuerdo haberla podado a ras tras haberse secado por completo, pero la naturaleza es sabia y me ha brindado de nuevo el renacer de una de mis plantas favoritas. He sonreído, ya veis lo poquito que necesito yo para volverme a activar, bueno una bella planta y los correos recibidos de parte de muchas de vosotras preguntándome donde me encontraba. Y no, no estaba en la nieve, ni en una escapada con los míos, ni tan siquiera se me había estropeado el ordenador...estaba en modo desconexión vergeliano intentando que los días pasaran lo más rápido posible...No se cuando volveré a entrar por aquí, necesito volver a inspirarme o tal vez una inyección de vitalidad para volveros a inundar de cosas especiales, pero se que cuando regrese os encontraré por aquí, en primerísima fila, sonriendo y dispuestas a charlar de todo lo que nos enamora. Millones de gracias a todas mis vergelianas y en especial a mis incondicionales María Bracaccini, Marta Lladó, Anahi, Elena Rascón, Pili Fleitas, Isa Robles, Teresa Esteban, María Melendez, Nieves Vazquez y Mariajo. Ellas me escribieron con cariño en esta semana y son especiales soles para mi...
Permitidme regalaros instantáneas de mis dos varas de lavanda...











¿Sabéis qué preciosas?...Si la lavanda a pesar de la intemperie, la poda drástica y el mal tiempo ha rebrotado, yo también rebrotaré...
                   
Nos vemos y feliz viernes para todas...

7 de febrero de 2016

Flaneras y kalanchoes

 Un kalanchoe rojo...                     
Un kalanchoe amarillo...
 Y un kalanchoe rosa...
 Tres mini plantitas a punto de ser trasplantadas...
 Ya sabéis todas que los kalanchoes son crasas que tienen la ventaja de florecer continuamente, fáciles de cuidar y mucho más de propagar, ya os lo contaré más adelante...
 Éstas fueron adquiridas en supermercados "Lidl", había una promoción de 3x2 y allí estaba yo el viernes para aprovecharme de ello. Baratísimas me costaron y mientras me las traía para casa, ya iba yo pensando donde iba a plantarlas...
 Diferentes colores para diferentes envases a ser colocadas...
 En la cocina quedarían geniales por su variado colorido. ¿Interior o exterior chicas?...
 Pienso donde puedo plantarlas, escoger un bonito macetero para lucirlas y que destaquen de entre todo...
 Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii preciosas, ya lo tengo. Bonito no sé si será, pero original segurísimo. Veis allí a lo lejos unos moldes...
 Mirad, son flaneras grandes que hace días me dio mi madre para elaborar postres. ¿Creéis que iba utilizarlos para eso?...
 Pues no chicas, para eso somos grandes vergelianas, para salirnos de lo estipulado y romper moldes, nunca mejor dicho...
 Fijaros lo bien que quedan mis mini kalanchoes dentro de las flaneras, resalta el colorido de la planta con el brillo de los moldes...
 Los dispongo en su interior.  Como solo tengo dos envases plantaré en ellos el de color amarillo y el rojo...
Aquí los tenéis ya, tarea jardinera realizada en el gran vergel, bajo un cielo hoy nublado y amenazando lluvia...
 Como me gusta el de color rojo, vivo y llamativo...
 Y por supuesto, el amarillo con su total luminosidad...
 Después cuando crezcan un poquito más, les robaré algunas de sus ramas para plantarlas directamente sobre la tierra. Esta es la manera de propagar el kalanchoe que a las pocas semanas se habrá convertido en una nueva planta...
 ¿Qué os parecen?...
 Yo los encuentro monísimo, ideales para estas pequeñas crasas en flor...
 Podría dejarlos tal cual los veis ahora acompañando a las demás plantas florecidas y llenando de colorido el espacio bajo el cenador ahora abierto por completo...

 Pero pienso que su lugar ideal es la cocina, como moldes que son, lo mejor es rodearlos de botes, vajillas, cubiertos y demás utensilios propios de esta estancia...
 Y como balda para lucir, qué mejor que la repisa que conforma la propia campana de cocción junto a las bonitas palabras blancas de "Home"...

 Y el último de los mini kalanchoes, el de color rosado, a falta de flanera, se ha quedado colocado dentro del pastelero de porcelana junto a un bonito portavelas de cristal...
 Pues nada preciosas, hoy domingo en un arranque de inspiración vergeliana me he atrevido a plantar pequeños mini kalanchoes variados...
 ¿Quién dice que no existen maceteros diferentes?. Mirando en nuestras casas, aquí y allí, siempre nos toparemos con algún envase que poder transformar para albergar deliciosas plantas...
 Kalanchoes dentro de flaneras sencillas, pero también quedan muy bonitas composiciones de suculentas variadas en su interior y sino sois muy de plantas, siempre podéis rellenarlas de musgo verde y colocar velas que encender cuando os apetezca...Lo único imprescindible es arriesgarse, romper moldes y llenarse de inspiración...
Llueve por fin por estos lados. Después de tres meses sin ver correr el agua hoy mis plantas se reactivan con ella, bueno, mis plantas y nosotros que también la estábamos deseando. Pues que sea bienvenida la lluvia y ojala que siga cayendo por muchísimos más días...
Con flaneras y kalanchoes diminutos...
¡Feliz día de domingo para todassssssssssssssssssss!

4 de febrero de 2016

Albóndigas en salsa

Hoy preciosas, jueves de albóndigas en salsa. Ummmmmmmm ya sabéis que por esta ventana también me gusta enseñaros ricas recetas para compartir. Y ésta es sencilla, rápida y para chuparse los dedos. ¡Vamos a ello chicas!...
Albóndigas compradas en una selecta carnicería de mi ciudad. Podéis hacerlas vosotras mismas, pero como da muchísima faena, yo prefiero adquirirlas, eso si, de total confianza que son, elaboradas de manera totalmente casera...

 Ingredientes para la salsa. Una zanahoria, dos cebollas, dos dientes de ajo, un vaso de vino blanco, sal, harina y aceite de oliva...


 Primero chicas enharinamos las albóndigas una a una...
 Y las sofreímos en bastante aceite...
 Despacito a fuego lento...
 Para que poco a poco vayan dorándose por todos lados...
 Y como no, aquí tenéis a mi Troll, en cuanto se esparce por casa todo el rico olorcito , aquí que se planta en la cocina para no perderse detalle...
 Ahora retiramos las albóndigas ya sofreídas a una bandeja y empezamos a elaborar la rica salsa. Echamos todas las verduras a una sartén con un poco de aceite y dejamos que se doren al mínimo fuego...
 Fijaros que delicia de bolas de carne...
 Están para comérselas así mismo a bocados y no parar...
 Ojos como platos abre mi Yaiza, a la expectativa está ella por si se me ocurre darle un pedacito...
 Y el sofrito sigue, le añado una cucharada de harina y el vasito de vino blanco...
 Veinte minutos más o menos necesita toda la verdura para irse pochando. Si vemos que se reduce demasiado, podemos añadirle agua, o si lo preferís caldo de pollo...
 ¿Sabéis qué chicas?, mientras se va elaborando la rica salsa os enseño algunas de las plantas que adornan mi cocina. Es tanto mi amor por ellas que hasta en esta especial estancia no faltan porque aportan alegría, verdor y a mi me gusta rodearme de ellas mientras trajino aquí y allí...
 ¿Os acordáis del centro de suculentas elaborado hace semanas?...Aquel compuesto por diminutas variedades incluida una pequeña hiedra. Pues mirad que florecido se ha puesto...
 A una de las crasas han empezado a brotarle diminutas florecillas amarillas...
 Y al kalanchoe, gracias al solecito que se cuela por el ventanal, se le abren ya los pétalos de las suyas...
 Pero que bonito se ha puesto con esas diversas tonalidades. Han crecido todas ellas y ya empiezan a desbordarse a través de la cajita de latón. Una belleza para la vista...
 Pero no está solo mi centro de suculentas, junto a él aparece la redonda hiedra cada día más poblada y un pequeño cactus repleto de especiales bolitas cuyo nombre no podría ser más gracioso, "Cola de burro"...
 Como alegran todas ellas uno de los rincones de la cocina...

Maravillosa manera de darle un toque decorativo a esta estancia a la que muchas de vosotras dejáis carente de verdor y de colorido. Yo no me rindo a ellas ni aquí, cocinar mirándolas cada día me aporta esa pequeña dosis de energía que siempre me hace sonreír...
 Sobre todo si una buena mañana me levanto y veo que a una de ellas le han brotado esas flores ya olvidadas, entonces es como un especial regalo del que sentirme orgullosa...
 Paro ya de hablar porque la salsa ya está pochada, la trituro en la batidora y se la esparzo a las albóndigas bañándolas por completo...
 Diez minutos más de cocción todo junto a fuego lento...
 ¡Pero que bien huele vergelianas!...
 Irresistibles se ven y sino que se lo digan a Troll que no les saca los ojos de encima...
 Y ahora por fin ya...
A servirlas en los platos. Yo las acompaño de una torre de arroz blanco hervido que mezclado con la rica salsa queda deliciosoooooooooooooooo...

 Plato de hoy listo y terminado. Ahora solo queda decir...
¡Buen provecho y a disfrutarlo!...
Hoy es lo que toca, no solo de decoración y plantas vivimos por aquí. De vez en cuando, una receta viene bien, compartirla con mis mujeres, saber si les ha gustado y que me cuenten mil formas más de elaborar ricas albóndigas en salsa...
Besitos sabrosos y hasta mañanaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...