Reciclar un árbol seco...

Buenas tardes de sábado preciosas. Por fin salió el sol en mi ciudad, le ha costado después de una mañana tapada por completo, pero aquí lo tenemos, haciendo lucir con colorido todo mi vergel. Así que momento ideal para contaros una inspiración jardinera, de esas que descubrimos de parte de alguna amante de manos verdes como nosotras. Pero dejadme que empiece por el principio. Tenía yo un verde pino en mi terraza, llevaba con nosotros muchos años, era el orgullo de Víctor, él lo escogió, lo compro y lo trajo hasta casa. Tocaba podarlo siempre por estas fechas y Víctor le daba un corte tipo japonés,  recto en su copa para así repoblarlo frondoso. Pero este verano empezó a secarse, yo creo que debido a un ataque de pulgón blanco. Sus hojas empezaron a perder color y vigorosidad. Ha sido esta misma mañana cuando he comprobado que estaba muerto, pues he rascado ligeramente su grueso tronco para ver que debajo no aparecía el verde que describe un árbol sano...

Podría haberlo extraído por completo de la gran jardinera, tarea bastante complicada por su tamaño y y su enorme tronco. Así que por el momento le he quitado todas sus ramas secas, una por una, hasta quedarlo tal y como ahora lo veis, totalmente desnudo...

Luego ha llegado la inspiración vergeliana, esa inspiración que hace embellecer las cosas más insípidas y tristes. Simplemente lo he adornado devolviéndole de nuevo algo de vida y colorido...

En una de sus ramas le he colgado un cubo de zinc repleto de pequeñas crasas...

 En otra una rosa mariposa...

 En medio la casita de zinc por la que asoman nuevas suculentas recién plantadas...

 Y justo al otro lado, un nuevo macetero por el que cuelga de maravilla mi largo rosario de bolitas verdes...

 Pues no queda nada mal chicas...

 Las ramas secas actúan de especiales perchas donde lucir centros verdes variados...

 Cada uno de un tamaño y forma diferente...

 Cada uno resaltando sobre las ramas y el grueso tronco...

Ha sido ésta una idea inspirada de una casita preciosa que veo todas las mañanas, en mis paseos con los peludos. Pertenece a una señora que tiene super mimado, su pequeño jardincito delantero. Lo mismo que yo ahora, ella ha rellenado un viejo árbol seco, con macetas de diferentes colores en sus huecos, dándole un aire diferente y especial a su vergel...

Tal vez con el tiempo, vuelva a plantar algún pequeño arbolito, pero por el momento lucirá así de especial. Me gusta que ahora deje pasar mucha más luz a ese rincón, que se cuelen las grandes jardineras que tengo detrás...

 Como el enorme boj de hojitas verdes y que antes pasaba bastante desapercibido...

 Hasta el cielo azulado parece estar más cerca que nunca...

Pero no solo he decorado su copa en lo alto, también he esparcido jardineras diferentes en su base repletas de flores, begonias, rosas y blancas y el enorme crisantemo de Ikea...

Como el tiempo acompañaba, he querido dedicarme también a todas mis crasas que son muchas en esta terraza. Aprovecho para contarle a Lola Suarez que puede plantar hijuelos de suculentas en cualquier recipiente, ya sea pequeño, mini o incluso enorme. Ella me explica que en este último viaje vacacional se ha traído a casa pequeños esquejes que ahora quiere replantar, y como buena vergeliana quiere hacerlo de la mejor forma posible...

Pues bien preciosa, no hay nada más fácil que reproducir estas pequeñas plantitas. Yo así lo he hecho en alargadas jardineras de barro, y mezcladas con especies como las coloridas begoñas...

 En circulares envases de barro enormes...

 Alternadas con jazmínes primaverales...

 En coquetos recipientes de porcelana...

 Y en pequeños cubitos de zinc...

Yo al igual que Lola, me he traído de mis muchos viajes estas pequeñas especies. De Asturias, de Cantabria, de la Provenza, de Navarra...Han viajado km de distancia hasta aterrizar en mis vergeles...

Incluso una buena amiga y seguidora me las envió desde su adorada Galicia, envueltas en papel de aluminio, y dentro de una caja. Ahora las tengo repartidas todas por diferentes jardineras, algunas floreciendo, otras echando montones de diminutos hijos...

He de deciros, a Lola y a todas vosotras, que no necesitan ser plantadas con raíz, basta con sumergirlas dentro de la tierra y regarlas. Al poco tiempo nos daremos cuenta que han enraizado sin dificultad, rebosando verdes en cualquier recipiente grande o pequeño...

Madre mía chicas, cuantas cositas os muestro hoy. En primerísimo plano mi pino reciclado para no arrancarlo de cuajo y que luzca maravilloso y diferente. Y por otro, todas mis crasas repartidas, llegadas de puntos diferentes, y plantadas sin ninguna dificultad...

Estoy pensando en colocarle una guirnalda luminosa al tronco de mi árbol, rodeando los recipientes y envolviéndolo todo. Estoy segura que al llegar el atardecer le dará matices especiales...
¿Qué me decís vergelianas?...

¡Pues feliz e inspirador sábado para todassssssssssssssssssss!!!...