Cuidados de las poinsetias...

Hola preciosas mías, por aquí me tenéis en este domingo soleado. Hoy me he instalado un ratito en mi pequeña terraza para colaros consejos jardineros. Pues sí chicas, aunque el invierno nos aparta un poco de la adorada jardinería, no debemos olvidarnos de ciertas plantas que necesitan de nuestras verdes manos...

Y llegado ya Diciembre aparecen las preciosas poinsetias, o flores de Pascua. Ellas decoran nuestros rincones navideños de interior, con sus preciosas hojas coloreadas en diferentes tonalidades. Por aquí asoman las mías chicas, tras el corazón de acebo...

Han sido tres las escogidas este año. Las más pequeñas las compré el jueves en el mercado semanal, pero la más grande de todas, fue un regalo de Víctor y Celia ayer mismo...

Dicen que para traernos suerte, nos las deben regalar. Es como una entrañable tradición, y ya sabéis que en esta casa eso de las tradiciones se cumple al pie de la letra. Así que ayer tuve mi enorme poinsetia escogida por los míos, en rojo pasión, el color por excelencia de esta hermosa variedad...

Después con el paso de los años, han ido apareciendo en otros colores pudiéndolas encontrar también, en rosa, amarilla, blanca, y hasta en atrevidos variegados...

Que bonitas lucen en el exterior chicas, mucho más con el espléndido día que luce hoy por estos lados. Algo abrigada como estoy, el sol es reconfortante y puedo permanecer en el vergel por tiempo. Además dicen que las poinsetias se pueden plantar afuera, siempre que les dé algo de sol y las pongamos resguardadas...

Sin embargo y bajo mi experiencia jardinera, he de reconocer que es una planta bastante delicada. Suele durarme el tiempo navideño, aunque a veces he conseguido que perdure por años, pero tan solo con montones de hojas verdes y siempre al interior frente a una gran ventana luminosa...

Así que hoy me atrevo a daros unos pequeños consejos para que esta flor de Pascua pueda ser eterna. Nada mejor que trasplantarla nada más os la regalen, pero yo prefiero quitarle la primera capa de tierra y rellenarla con nueva, así me aseguro de que no se me rompa en la difícil tarea del trasplante...

Una vez rebosantes ellas de tierra nueva, debemos abonarlas para que puedan crecer sanas y fuertes. Yo me decanto siempre por mis incondicionales bolitas azules de la marca "Compost"...

Conforme voy manipulando mis poinsetias, van cayendo hojas amarillas marchitas, señal inequívoca de que necesitan un buen aporte de hierro y vitaminas...

Esparzo con cuidado las bolitas alrededor de los cepellones...

Unas poquitas solamente porque si nos pasamos podríamos quemarlas...

Después con la ayuda de mis manos las introduzco bajo la tierra para que al regarlas puedan irse deshaciendo poquito a poco...

Pues ya está chica, tarea concluida...

Ya están ellas preparadas para durar por meses, con sus verdes hojas grandes en la base, y otras más vistosas en colores en lo más alto...

Las dejo un poquito al exterior, recibiendo ese sol maravilloso de la mañana que tan bien les viene...

Para después meterlas adentro donde deben estar, al resguardo del fuerte frío y de las corrientes de aire que tanto les perjudica...

En cuanto a su ubicación, nada mejor que frente a una ventana, recibiendo toda la luz posible, pero sin ese sol directo que podría quemarlas...

Debemos de evitar las corrientes de aire, y regarlas con agua embotellada tíbia porque la fría no les gusta nada de nada, que no tengan así ellas demasiado contraste de temperatura que pudiera hacerles perder parte de sus hojas y de su belleza...

¿Qué vergelianas mías, veis difícil eso de cultivar flores de Pascua?...La verdad que cuesta que nos duren, pero a pesar de ello, yo soy una de esas pesadas mujeres que navidad tras navidad, vuelve a comprarlas. Y es que me tienen enamorada, no concibo ninguna planta mejor para decorar nuestras casas por estas fechas. Y si tan solo nos duran esas semanas, ya nos daremos por satisfechas porque su belleza es infinitamente perfecta...

Domingo de tareas jardineras en mi pequeño vergel, un delicioso privilegio de este mes de Diciembre. En muchos otros lugares, sería imposible por estas fechas salir al exterior y trasplantar variedades, sin embargo en mi ciudad los cielos lucen radiantes, brillantes y totalmente azules...

Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii chicas, que nos se nos olvide hoy encender la tercera vela de Adviento. Ya solo nos separan de la Navidad siete días, siete días para prepararlo todo, para recibir a Jesús, para sentarnos en familia y disfrutar como solo nosotras sabemos hacerlo...Ahí va mi centro preparado para prenderlo cuando deseemos...

¡Feliz tercer domingo de Adviento para todas!...