Paseito de jueves por el mercado...

Hola vergelianas, ayer quise entrar para mostraros las fotos de mi paseo por el mercado semanal de mi ciudad, pero al final se me lió el día y me quedé con las ganas. Ya sabéis que los jueves para mí son sagrados. Madrugo más de lo normal, y en cuanto me deshago de tareas varias en casa, me voy a saborear mi incondicional mercado. Sois muchas las que me habéis pedido fotos de él, y aquí las tenéis, una pequeña selección que hice ayer mismo con mi móvil para alegría de muchas de mis vergelianas. Es un gran mercado el de mi ciudad, uno de los más importantes de toda la comarca. Recorre montones de calles, desde el mismo centro peatonal, pasando por los alrededores de la hermosa iglesia, y prolongándose serpeante por multitud de callejuelas...

A mí personalmente me encanta la parte de la iglesia, repleta no solo de puestos varios de ropa, calzado y textiles, sino también por cafeterías al aire libre que nos permiten tomarnos un calentito café en cualquier momento...

Yo siempre tengo una misma rutina de jueves. Paseo con mi carro por los muchos puestos, remiro piezas de ropa, me pruebo algún zapato, admiro con deleite un buen rato la fachada de la iglesia repleta ahora de hiedra rojiza...

Me adentro en la Porxada, monumento antiguo de  mi ciudad, donde se concentran más bien paradas de fruta y verdura...

Hasta ir a parar al antiguo ayuntamiento. Fijaros chicas que cielos tan azules los de ayer, eso sí con tremendo frío ya invernal. Por cierto aquí mismo, delante de las puertas de hierro, se coloca una maravillosa parada de cintas de ganchillo, enorme y repleta de variedad. Siempre me paro a hojear, y en varias ocasiones he comprado a bajo precio alguna de ellas...

Después me paseó por delante de los aparadores de mis tiendas de decoración preferidas, más que nada para observar con detenimiento las últimas novedades expuestas...

Y por supuesto entro, faltaría más. Las dependientas ya me conocen y me saludan con su habitual sonrisa. Hoy quien me da los buenos días es un simpático Papa Noel con su saco repleto de regalos...

Navidades ya a la vuelta de la esquina, pero yo me niego a mirar los adornos ya tan tentadores, os juro que me pasó de largo las estanterías, y me paro en todo aquello que las ignora por completo...

Ya tendré tiempo de saborearlas, por ello me detengo en crasas artificiales que casi parecen reales...

En velas, macetas, jarrones...

En vajillas azuladas y cojines ya totalmente invernales. No compré nada de nada, me reservo para cuando se aproximen las fiestas que ya sabemos todas que los gastos se aceleran...

Abandono esas tiendas decorativas, para dirigirme a lo que más me gusta de este mercado. Pero antes bordeo las callejuelas que es donde menos gente transita a media mañana. Y me topo con algo de cultura por mi ciudad. Esos cuadros expuestos por pintores especiales y que dotan de colorido varias de las calles...
Que bonitos, ¿verdad chicas?...

Y sigo caminando por esas calles algo más antiguas, para de vez en cuando toparme con alguna casona especial, de esas que nos gustan tanto a las vergelianas...

Y llego a mis paradas sagradas de los jueves. Allí es donde me tiro tiempo abriendo bien los ojos para no perderme detalle...

Son cuatro puestos los que hay dedicados a pequeños arbolitos, flores, variedades muy verdes, ramos, bulbos, enredaderas, cactus y crasas...

Pero yo tengo el mío especial, el que más me gusta por ser el más variado, el que tiene las flores más vistosas, mejor de precio y ser sus dueños simpáticos hasta el infinito. Además si busco alguna plata en especial y no la tienen en ese momento, la semana siguiente te la consigue como sea, para traértela sin problemas. Ayer le pedí un pequeño pino limonero que se apuntó sin problemas para el jueves siguiente.
Mirad que colorido por todas partes...

Escogí unos cuantos pensamientos en varios colores, son los más duraderos para el frío...

Difícil decidirse ante tantas tonalidades. Yo siempre evito los amarillos, no sé porque no acaban de gustarme, para decantarme por mis incondicionales, rosados o lilas, mucho más vivaces...

Y como no iba a traerme chicas un ciclamen si me los presentan tal cual los veis por aquí...

Ohhhhhhhhhhhhhhhh, como para no enamorarse. El escogido fue uno rosado, con sus puntas más claritas...

También había brezos, pero yo ya desisto a ellos, siempre se me acaban secando por completo...

Ya veis los precios chicas, muy asequibles teniendo en cuenta los sustos que nos pegan cuando nos metemos en tiendas de jardinería, o en viveros...

Por cierto, ya llegaron los primeros bulbos de temporada, que junto con las orquídeas son toda mi pasión. Ahí delante tenéis amarilis, incondicionales ellas de la Navidad, mucho más cuando sus flores enormes son rojas. Me esperaré aún un poquito para adquirir estos bulbos que tan bien decoran nuestras casas al llegar las fiestas...

Bueno preciosas, después de un buen rato parada ante semejantes puestos de flores y plantas, después de haber charlado también con su dueña que siempre me ofrece montones de consejos jardineros, abandono el mercado de jueves. Un último vistazo a tantas maravillas, que si por mí fuera las compraría todas, me encamino a casita, contenta, relajada y pensando en trasplantar de inmediato pensamientos y ciclamenes...

Por el momento me despido por hoy, con mi maravilla floral. En cuanto acabe de hablar con todas vosotras va a ser plantada en una enorme jardinera de barro para el deleite de mi enorme vergel en la ciudad...

Bueno, bueno, que maravilla...

¿No estáis de acuerdo, en que el ciclamen es la planta por excelencia del invierno?...

Hasta mañana chicas, a ver que nuevas cositas vergelianas os cuelo por aquí...