Martes...

En este vergel andamos un poquito tristes esta semana, pero tenemos demasiadas cosas maravillosas a nuestro alrededor que consiguen levantarnos el ánimo. Solo debemos, y lo sé chicas, levantar bien alta la mirada para darnos cuenta de ello. Anoche por ejemplo, Troll estaba de lo más cariñoso, allí se puso sobre Celia para colmarla de besazos perrunos. Estos pequeños seres, ya sabéis lo que consiguen  percibir, allí donde hay una pizca de tristeza humana, se unen con su especial sonrisa para brindarnos amor eterno. Y mirad chicas que el sofá es bien grande, pues allá estaban ellos pegados a nosotras, bien juntitos por si acaso...

No hay nada en momentos así como entrar en la cocina, y oler ese ramo enorme de eucalipto comprado hace días. Son aromas mágicos que por lo menos a mi me hacen feliz...

O esa galleta horneada con la que acompañar una buena infusión antes de irse a la cama...

No es que allá dormido de maravilla chicas.  Soy yo de esas mujeres que a la mínima de cambio entran en modo insomnio, más si se producen momentos tristes entre los míos. Después aunque me despierte con pocas horas de sueño sobre mí, soy capaz de encender motores dando la sensación de haber dormido como un tronco. Soy capaz de percibir con total detalle el levantar del día, y el de hoy ha sido espectacular... 

Digo yo que a lo mejor mis dos ángeles han contribuido a ello. A esos cielos repletos de matices mañaneros indescriptibles que me han hecho salir a mi balcón para apreciarlos bien de cerca...
¿Qué me decís chicas?...

Lo malo de tal espectáculo es que dura lo que dura, apenas unos minutos. Después los colores se han ido evaporando para dejar paso al primer sol de la mañana...

Aunque no creáis, el espectáculo ha seguido por unos segundos más, llenando de matices anaranjados todo mi salón...

Después ha irrumpido el sol en todo su esplendor para ser recibido por Troll, hipnotizado se ha quedado, yo creo que él si que ha dormido como un auténtico bebé...

Y se ha unido nuestra Yaiza, ojos bien abiertos, sentada con soltura, y brindándome más que nunca su indescriptible ternura...

Y me he puesto en plena marcha porque sé que me rodean cosas bien maravillosas por las que dar los buenos días...

Un perfecto desayuno aunque no me invada demasiado el hambre...

Pero ahí tengo yo mis tazas con mensaje que me levantan el ánimo...

O sino, vuelvo a levantar la vista para dejarme encandilar por montones de destellos brillantes invadiendo mi cocina...

Que poderío el de esta gran bola colgando de mi hiedra, cuando se une con el sol es capaz de transmitir una magia que por lo menos a mí me deja boquiabierta...

 Y me he dicho a mí misma... "¡acábate el desayuno, y vete a dar un paseo con esos dos peludetes!"...

 Nada mejor chicas...lo necesitaba, salir de casa bien abrigadita para saborear más maravillas que me siguen rodeando...

Ya sé chicas que es todo un privilegio el poder hacerlo casi todos los días. Pero pienso yo que es más privilegio tener la sensibilidad de captar cuantas maravillas nos rodean. Podría caminar simplemente pasando de largo montones de cosas, pero soy de esas que se fijan en el color de las hojas, en el matiz del cielo, en ese tapiz otoñal cubriendo el suelo...

Me paro con mis peludos, les hablo, les lanzo palos para que jueguen...

Saludamos a los vecinos que pasan junto a nosotros...

A veces como sabéis recojo hojas del suelo para hacer arreglos, recorto florecillas de temporada, me llevo alguna piña decorativa...

Me sonrío admirando el cambiante color de las hojas de los árboles, que ahora en Noviembre se invaden de amarillos brillantes...

Y de rojos intensos...

Me encanta pisarlas cuando están ya caídas, ese crujir tan típico de otoño que me produce tantísima calidez...

Hoy el paseo mañanero ha sido más largo de lo normal para regocijo de mis peludos. Hasta me he sentado en uno de los bancos del parque admirándolo todo...

Pensando chicas que la vida a menudo, tiene mucho de esta estación...

Cuando soplan malos tiempos con fuerza, nos dejamos caer como las hojas. Nuestro tronco se queda vacío, como el mismo alma. Entonces debemos esperar la llegada del buen tiempo que nos traerá mejores momentos para vivir...

Y es casi seguro que de nuevo volveremos a reverdecer. Volverán a brotarnos nuevas hojas más grandes y más fuertes, nueva sabia intensa, que nos devolverá renovada energía para afrontar esos nuevos momentos a vivir...

Sé que el otoño pasará junto al invierno como una cuesta algo empinada, pero con lo fuertes que somos en esta familia, conseguiremos llegar a la cima coronándola con garra...

Mañana por fin regresa nuestro Víctor, después de durísimos días de temenda despedida a su padre. Quizás sea tiempo entonces de retornar nuestra vida, mirar de nuevo hacia adelante, rescatar esa alfombra de reno navideño, pensar en ese centro de Adviento que ya mismo encenderemos, hornear galletas deliciosas, idear el menú navideño a escoger...

Empezar a preparar esa Navidad que tanto mi padre como el suyo deseaban tantísimo...Los echaremos de menos infinitamente y mucho más en estos días que nos quedan por venir, pero estoy segura que ninguno de los dos desearía ver suspendidas sus fiestas preferidas...

Martes el de hoy repleto de sentimientos chicas,  porque así me siento...

¡Hasta mañana!