¿Hacia dónde voló el pajarito?

¿Hacia dónde voló el pajarito de la lámpara del salón?...

Mientras os lo desvelo, vamos a recorrer rincones de mi casa porque me he dado cuenta lo mucho que abundan en ella los pájaros. No reales, con plumas y su continuo picoteo, sino traducidos a múltiples complementos. Y es que sin apenas darme cuenta, los he ido adquiriendo en complementos varios y ellos se posan aquí y allí, en diferentes materiales y colores...

Como los de piedra en gris, apoyados en el macetero ovalado de la cocina repleto de plantas...

O los que se dibujan en otro de los maceteros del salón, ellos muy coloridos...

Gorrión y periquito, entremezclados con flores y mariposas...

Los tengo también en tela muy vintage perfectamente recortados y cosidos...

Con sus alas de topos rojos, su diminuto pico y con lazada para colgar incluida...

De fina porcelana también luce uno que me encanta, columpiándose con delicadeza de la lámpara de la cocina...

Después tengo otro enorme que se ve impreso en el paraguero de la entrada. Este tiene unos delicados colores y se funde entre letras, flores de magnolia en rosa y ramas de eucalipto...

El cuarto de baño tampoco queda exento de ellos...

Pequeñito como un precioso colibrí, en tonos azules...

Se dibuja en una de las cajas de latón que tanto me gusta coleccionar...

¿Y los exteriores?, ellos son ideales para esparcirlos por todos lados...
Uno se posa sobre una estrella plateada, cerquita del reloj solar que marca las horas...

Este si que parece casi, casi real. Por su plumaje, sus oscuros ojos y ese pico perfectamente conseguido...

Más allá, hacia la fuente, como si se tratase de un bebedero, se inclinan tres más de hierro...

Ellos se complementan perfectamente con la fuente y parecen fundirse con ella gracias al perfecto gris que los une...

Pero también los tengo más abstractos, como los que sobresalen de los pinos del pequeño balcón...

En hierro galvanizado, con sus patitas colgando...

Y su largo pico con el que parecen querer comérselo todo...

Hasta reciclados tengo, como el que rescate de un perfumero de cristal para colocarlo sobre un conjunto de crasas en la pequeña terracita...

Hace días compré un macetero escogido entre varios. Como no, también cuenta con dibujo de pájaros...

Estos se balancean en un columpio dentro de una coqueta jaula en tonos azules acompañando a unos fragantes jacintos...

Y por último os desvelo donde se ha posado el pájaro en tonos grises comprado en Carcassonne...

Si, preciosas, de la lámapara de mi habitación...

Queda genial por los colores de ambos, el papel de la pared y todos los textiles que lo envuelven...

Éste ha volado de la lámpara del salón recién transformada a la otra que pende del centro de mi habitación. Y allí se ha quedado coqueto y sereno llenando de matices aún más románticos una de las estancias más estampada de toda la casa...

Largo reportaje el de hoy, no os quejareis...Os he llenado la diaria ventanita con multitud de pájaros repartidos en gran variedad de complementos. Están de moda y este vergel no se resiste a ellos, a sus bellos matices, su colorido, su variedad y lo maravillosos que quedan allá donde se les coloque. Al menos estos no revolotean, no cantan continuamente y no picotean las olorosas flores que encuentran a su paso...
Si no mis bellos jacintos de azuladas flores no lucirían tan divinos...

Y vosotras, ¿sois de las que os cuesta resistiros a estos bellos animales como yo?...
¡Feliz martes para todas!