Tarta de queso...

Lunes chicas, y que mejor manera de empezar nueva semana que con una receta de mi tarta de queso. He hecho multitud de versiones de este rico postre, pero la más deliciosa, jugosa y apetecible es la que hoy os detallo con su paso a paso. Incomparable, de verdad, ni os lo penséis dos veces para elaborarla, gustará tanto que os la pedirán domingo tras domingo. ¡Vamos a ello!...

Ingredientes:
8huevos
1/2 kg. de queso fresco
Dos yogures naturales
200 gr de azúcar
130 de Maizena
1 brick de nata para montar
20cc de leche
Ralladura de limón

Si lo deseáis podéis hacerle la base de galleta triturada, pero en esta casa la preferimos mejor sin ella.
Rallamos el limón...

Separamos las claras de las yemas, esta parte es opcional, pero yo siempre lo aplico a todos mis bizcochos y quedan mucho más esponjosos...

En el bol de las yemas añadimos la ralladura del limón, el queso, los yogures y removemos. Mejor ayudaros de la batidora, el queso fresco es tan compacto que quedará mejor triturado...

Cuando consigamos una ligera crema incorporamos la leche, la nata y por último la harina tamizada...

Seguimos removiendo...

No os asustéis si comprobáis que la mezcla es bastante líquida, muy normal en las tartas de queso...

Sacamos nuestro molde que debe medir para esta cantidad, 25 cm. Yo soy muy exigente con las medidas, creo que es la clave para que suban y queden perfectos...

El ideal para esta tarta es el de forma circular y desmontable. Lo forramos con papel de horno, así será muchísimo más fácil desmoldarlo sin que se nos rompa. Las paredes yo las he untado bien de manterquilla para que no se me pegue...

Montamos las claras junto con el azúcar y cuando consigamos el punto de nieve, las añadimos a la mezcla anterior poco a poco y con movimientos envolventes...

Lo echamos todo en el molde...

Para meterlo en el horno a media altura y con temperatura arriba y abajo...

Ahora chicas, anotad la cocción porque en las tartas de queso es primordial. Los quince primeros minutos lo ponemos a 180º,  para después bajarla a 160º,  durante aproximadamente 70 minutos más o hasta que la superficie esté cuajada. Ya sabéis que cada horno es un mundo, así que si a mitad de cocción vemos que la superficie está demasiado tostada, la cubrimos con papel de alumino para evitar que se nos pegue y seguimos el horneado...

Ummmmmmmmmmmmmmmm chicas, ya se empieza a expandir el aroma de la tarta por mi cocina. Es inmediato con cualquier postre horneado que hago, toda la casa se impregna de un aroma que abre enseguida nuestro apetito...

Mientras se va elaborando, os muestro una pequeña jarrita de leche que recuperé de una antigua vajilla en blanco y azul. Me inspiré y le sumergí varias flores de pensamientos del mismo color que las que lleva pintadas, tengo tantos pensamientos que siempre es un verdadero placer robarles algunas de sus muchas flores para decorar mis interiores...

También os cuento que estos enormes boles de cristal comprados hace tiempo en Ikea, son ideales para elaborar masas pasteleras. Al principio los compré para hacer ensaladas, pero son tan sumamente enormes que se han quedado para mis bizcochos y tartas varias...

Tienen la medida justa para las masas, ni se desbordan, ni se quedan pequeños a la hora de removerlas y removerlas...

Bueno preciosas, el horneado finalizó. Yo lo que hago es pinchar la masa con un palito de madera, si observo que no salen restos de masa adheridos a él es que está perfecto. Entonces dejo el horno entreabierto para que la tarta se vaya aclimatando a la temperatura exterior, así evitamos que nos baje demasiado y que no se nos agriete la superficie...

Ohhhhhhhhhh, que maravilla de textura...

Como veis chicas a pesar de ser una tarta con peso por el queso que lleva, me ha subido bastante, todo un logro...

Por encima lleva como una enorme costra doradita, hay quien se la quita para que quede la parte de dentro amarillita, pero a nosotros nos encanta, es como un delgadito bizcocho muy rico, así que la dejamos...

Os recomiendo que para desmoldarlo esperéis una hora, mejor que esté frío para hacerlo, os será mucho más fácil y quedará perfecto...

Después yo lo puse en la nevera otra horita para que acabará de coger la textura ideal...

Esa textura perfecta que hace que al trocearlo en porciones se vea esponjoso, jugoso, sabroso y con el mejor sabor  para nuestros paladares...

¿No os dan aganas a estas horas de probarlo chicas?...

Pues ahí van unos cuantos trocitos para todas mis mujeres...

Invitadas estáis a saborearlo...

A nosotros en la tarde ayer nos sirvió de postre tras el ya famoso arroz de los domingos, de merienda con un cafecito con leche,  y hasta de picoteo antes de irnos a dormir...

Y es que no es para menos...

Madre mía vergelianas, la de tartas y bizcochos que estáis aprendiendo conmigo. Creo que la próxima que pienso hornear es una buena tarta de manzana. Me la pidió nuestra Lavanda y no voy a negársela por nada del mundo, ya sabéis que vuestras peticiones son órdenes para mi...

Lunes de nueva lluvia, aunque desde mi ventana más bien parece agua nieve ligera. Seguimos en modo invierno absoluto, que le vamos a hacer, Febrero tiene que ser así, gélido, lluvioso y desapacible. Mañana abrigaros bien chicas, os voy a llevar hasta el lago helado de mi Montseny, ya veréis que instantáneas tan llenas de belleza, tal como si nos paseáramos por la mismísima Escandinavia...

                                

¿Me vais a acompañar?...

                                   

¡Feliz lunes para todas!