13 de diciembre de 2016

Una maravillosa tierra...

Preparaos chicas para una larga entrada de hoy. Imposible resumir tantas cosas bonitas en una región como Extremadura. Me ha sido muy difícil escoger instantáneas, os las hubiera puesto todas, desde la primera hasta la última porque cada una de ellas entraña sentimientos y momentos sentimentales impresionantes, al final os he compuesto una especial selección para que en este martes soleado os adentréis en un largo paseo inolvidable...
Después de montones de años sin poner los pies en la tierra de mis padres, vuelvo a ella para despedirme de mi padre, se lo debía y se lo prometí. Durante mi infancia pasé allí todos los veranos, inolvidables y mágicos, nunca quería regresar y muchas lágrimas me costaba el retorno. Ahora cuando después de 900 km pongo mis pies nuevamente en ella me doy cuenta de lo mucho que la echaba de menos. No recuerdo casi nada, es curioso, sin embargo reconozco su olor, sus cielos limpios y azules que se llenan de estrellas infinitas todas las noches. Mis ojos se me van a los altos campanarios de iglesias sencillas, en lo alto siguen haciendo sus nidos las encantadoras cigüeñas que parecen sonrientes darme la bienvenida...
Ellas permanecen impávidas a las campanas que cada hora tocan para recordarnos que estamos en una región repleta de ellas...
Me tomé un día enterito para pasearme por el pequeño pueblecito de mi padre, aquel que le vio nacer. Puse los pies en la iglesia que fue bautizado y me llené de emociones...
Blanquita y sencilla, pero cuidada por todos los que allí viven...
Anduve por los campos en los que mi padre se perdía cuando era muy niño...
Campos verdes que ahora al finalizar el otoño se tiñen de montones de colores difíciles de describir...

Yo que recordaba esta Extremadura seca en pleno verano, me ha sorprendido. Ante mi se han extendido kilómetros de belleza infinita. Amarillos, verdes, rojizos y marrones...
Quise acercarme hasta el mismísimo río, allí se bañaba mi padre junto a sus hermanos, es más, aprendió a nadar allí, mucho antes que ha caminar...
Por un sendero pasamos que a primera hora de la mañana se vestía de una luz especial...

En las verdes laderas, vacas descansando plácidamente, tranquilas y sin mirarnos siquiera, creo que no le gustan demasiado los forasteros, como por allí nos llamaban...
Y al final de todo, el Tajo, maravilloso como un pequeño mar abierto a todo...
Empezó a desvanecerse la niebla dando paso a un sol radiante...
Saltaron peces en el agua...
Y el reflejo de los rayos sobre las aguas embellecía mucho más semejante paraje...
Por aquí nos quedamos parte de la mañana. Me siento unida a este lugar desde ya, sé que era el lugar ideal de mi padre, tantas veces me lo contó que lo llevo grabado en mi memoria...
Aquí mismo donde aparece Celia, quizás mi padre jugaba con el agua...
Se bañaba en pleno verano o tiraba piedras entreteniéndose en las calurosas tardes veraniegas...


El Tajo es inmenso, con esas aguas azules y serenas, rodeado de bajos montes verdes y con unos azules cielos que quizás no haya visto antes...
Os confieso que me costó marcharme de allí, me hubiera quedado por horas abandonada a los recuerdos de mi padre...
Al final nos despedimos nombrando a este lugar como paraíso especial al que un día volveremos...
De vuelta al pequeño pueblo, me topo con una mujer preguntándole si conoce la calle en la que nació mi padre. Madre mía chicas si la conocía, vamos que me llevó hasta ella. Empezó a contarme anécdotas de mis abuelos y de  mi padre. Yo emocionada siguiendo a la mujer que llamó a otra, dueña de la casa, para que nos la dejara ver por dentro...
Y ahí estaba según me cuentan, la ventana por donde asomaba mi abuela Matilde para saludar cada mañana a las vecinas...
La fachada blanca y encalada. A su lado una pequeña cuadra donde se ataban y encerraban a los burros.

 Ni que deciros lo que sentí poniendo los pies en cada una de las estancias donde vivió mi padre. Saber que allí pasó gran parte de su vida me hace enriquecerme y dar gracias por formar parte de un pueblo entrañable y repleto de gente cercana y amable hasta el infinito...
Os sigo contando chicas porque Extremadura está repleta de historia. Solo hay que pasearse por sus pueblos para darse cuenta que, en cada plaza y en cada centro, se abren monumentos que nos hablan de su inmenso pasado...
Cuantos castillos admiramos...
Con sus altas torres, sus campanas...
 Sus ideales callejuelas donde perderse al llegar el atardecer...
 Fijaros que hasta la luna nos saludó para ser fotografiada, una luna que parecía querer tocar cada monumento...

 Cuanto repiqueteo de campanas oímos en cada recorrido que con el silencio reinante las hacía más espectaculares que nunca...
 Cuantos deliciosas paradas hicimos en bares ubicados en las muchas plazas de los pueblos, siempre sentados al exterior, de cara a los monumentos, sin importarnos el frío del atardecer, queriendo retener cada momento...
Por supuesto que me acerqué también hasta el pueblo de mi madre. Quise hacerle así  mismo un homenaje especial para ella. Sabiendo que no podía viajar tan lejos, le prometí visitar la iglesia donde se casaron, encender un cirio y rezar una oración a su querida Virgen, la Inmaculada Concepción...
 Uffffffffffffffff, chicas, que iglesia tan bonita, tan engalanada y tan llena de flores. Yo la nombraría iglesia vergeliana...
 Además todo el pueblo estaba de fiesta. Las calles llenas de gente, la iglesia a rebosar y encima recorrí todas sus calles en una maravillosa procesión que me llenó de paz...
 Por supuesto me tomé una foto justo delante del altar, en el mismo lugar donde mis padres se dieron el "si quiero" hace más de 50 años. Emoción, lágrimas y muchísima satisfacción por llegar hasta él...
Bueno, bueno, chicas...uno de mis momentos más emotivos fue volver a reencontrarme con todas mis primas. Las mujeres Serrano. Montones de años sin verlas, sin tocarlas, ni abrazarlas. Y el destino ha querido que a pesar de todo, nos juntemos de nuevo a km de distancia...
Guapíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimas ellas, simpáticas, abriéndome sus brazos como si no hubiera pasado el tiempo...
 Yo no sé que tenemos las Serrano, pero mantenemos una felicidad por la vida, una alegría y una emotividad que nos hacen especiales. Como las quiero a todas, que momentos tan hermosos me hicieron vivir en ese día y cuantos recuerdos y anécdotas contadas de cuando éramos pequeñas. Por cierto, mirad hacia arriba en esta foto. ¿Veis a un guapetón hombre toreando?...Es mi primo, torero él y famoso por esas tierras extremeñas...
Al llegar la despedida, lágrimas y una enorme promesa, volver a vernos sin que pasen tantísimos años...
Eso está hecho preciosas...
Como broche final a tan emotiva escapada quisimos pasar nuestro último día en la ciudad de Cáceres. Yo ya la había visitado, pero deseaba que Victor y Celia la descubriesen porque guarda muchísima belleza e historia...
 Las que ya me conocéis sabéis de mi gusto por las pequeñas ciudades, ciudades que como Cáceres guardan un enorme encanto histórico, no sufren de masificación y poseen rincones encantadores donde perderse...
 Que maravilla fue adentrarnos como guinda final a nuestro viaje por las calles cacereñas...
Admirando sus detalles que son muchos...
 Sus monumentos que cuentan historias...
 Y admirar cuanto posee de medieval toda ella...
 Hasta me topé de cara con el mismísimo Sant Jordi, tan catalán él, con esa especial leyenda que posee...
 Mi cámara al igual que mis pies iban y venían. Los unos andando cada calle, la otra inmortalizando cuantos rincones se me ponían por delante...
 Captando hasta el mismísimo árbol navideño en mitad de la plaza Mayor, elevándose por los edificios y pensando que bonito se vería al llegar la noche, encendido, iluminando con su estrella en lo más alto...
Y buscamos un restaurante donde degustar comida típica cacereña. Pasamos entonces por delante de fachadas de piedra engalanadas con las últimas hojas rojizas del otoño...
 Ellas nos guiaron nuevamente hasta la plaza Mayor...
Para sentarnos en una de sus terrazas, delante de edificios de piedra y a pleno solecito...
 Que bien toparse con restaurantes encantadores, donde te sirven con paciencia, te explican cada uno de sus platos típicos y te recomiendan buenos vinos de la región...
Acabado el día de ruta turística, una última mirada a la ciudad de Cáceres. Ella nos despide como solo las encantadoras ciudades saben hacerlo, con elegancia, con historia y con enormes ganas de volver a ser visitada...
Patrimonio de la humanidad se atisva a través de la enorme guirnalda de luces de su ayuntamiento...
¿Alguien lo duda ante tanta belleza?...
 Y bien preciosas, que más deciros de tan entrañable tierra que me ha enamorado. Cuentan los libros que Extremadura es tierra de grandes conquistadores. Pues bien, a mi si que me ha conquistado de todas, todas. No sé si serán sus extensas dehesas por las que tanto paseó mi padre...
Por sus muchas encinas que de bien pequeña me enseño a distinguir...
 Por sus altos campanarios que él me señalaba para que avistara cigüeñas...
Por sus riachuelos...
Animales...
Iglesias...
Vírgenes y tradiciones...
Por todo aquello que él me fue transmitiendo de su amada tierra y que yo intento inculcar en mi hija. No importa cuan lejanas estén nuestras raíces, éstas nunca se olvidan, si sabemos volver a ellas pase lo que pase, si guardamos en nuestro corazón historias contadas de padres a hijos, y si nos esforzamos por entender que la tierra de nuestros padres es también la nuestra...
Vuelvo feliz de mi recorrido sentimental, se lo debía y se lo prometí. Ahora sé que mi ángel especial está feliz porque su hija supo acercarse hasta el lugar más querido para él...
¡Feliz larga entrada de martes chicas!

12 comentarios:

  1. Buenas tardes Matilde:Estoy completamente de acuerdo contigo en lo que respecta a Extremadura. ¡Es bellísima!.
    En este mes de Octubre pasado, hice un parte de la Ruta de los Templarios en diversos pueblos de Badajoz-Jerez de los Caballeros- Zafra - Olivenza... A cual más bonito. Y en lo que respecta a embutidos y dulces, ya es el no va mas.
    Me alegro mucho de que poco a poco vayas encontrando la paz.
    Estos días que aproximan son un poco difíciles, pero creo firmemente que nuestros seres queridos que han muerto aquí, nos siguen queriendo y estando muy dentro de nosotros y encima intercediendo ante Dios. Que El te bendiga.

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  2. Buen día Matilde y vergelianas queee lugar tan precioso vivió tu papá, seguro que fue muy Feliz en su infancia,y que bueno que pusistes,ir eso te llena de paz,y el encuentro con con tus primas por cierto hermosas todas cuantos recuerdos tan queridos,eso te llena de mucha Paz, espero que ya te sientas en plena armonía así sera,te mando un beso lo mismo a todas las chicas ,y sigo mirando esos preciosos lugares, las iglesias, campos me encantan los pueblitos y con esos paisajes más todavía.

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  3. Que entrada tan bonita, cuantos recuerdos...me encanta.
    Un beso

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  4. Lugares muy lindos y con muchos recuerdos ( sabes recordé a mi padre y el pueblo y me entró lo sentimental me hiciste llorar) pueblos con muchas tradiciones e historias, gracias x compartirnnos esas emociones y seguro el estará muy orgulloso de ustedes, un beso cariñoso para todas

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  5. Matilde querida increíble entrada me da gusto por ti porq esto te traerá completa paz bellas tus primas es de familia que gusto Matilde seguro tu padre estará muy contento y feliz viéndote desde el cielo y que decir de tu madre seguro también estará feliz cuando vea la fotografía de esa iglesia tan hermosa recordara cuando se casaron hay Matilde que me haces llorar. besos

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  6. Hola Matilde, saludos a las chicas. Hermosísimas imágenes de esas tierras extremeñas, que vieron crecer a tu papá. De seguro que pasó una infancia muy feliz, en esos lugares tan encantadores. Es una inmensa satisfacción,volver al lugar donde nació. Se ve que fueron unos días de gran emotividad. Que pena que no pudo acompañarlos tu mamá. Tus primas muy guapas todas ellas. Muchos besitos para ti y para las vergelianas 😙😙

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  7. Hola Matilde, veo que has estado en mi pueblo Coria, de donde es tu familia? Yo vivo en Coimbra, Portugal, voy en Navidad. .. Me gusta mucho mi pueblo
    Besos

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    1. Hola Chus, has acertado de lleno. Unas de las fotos son de la preciosa ciudad de Coria. Mi padre era de Acehuche y mi madre es de Torrejoncillo, hermosos y entrañables pueblecitos extremeños. Que bien saber que tengo una coriana por esta ventana, ya sabes que puedes comentar tantas veces quieras, yo encantada de leerte, para mi eres como una paisana. Por cierto conozco algo de Portugal y es realmente un país que enamora y al que pienso volver. Besitos y nos vemos...

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  8. Matilde: llevo mucho tiempo siguiéndote y estoy segura de que muchas de nosotras estaríamos de acuerdo en que la entrada de hoy es una de las mas especiales que nos has ofrecido. Lo tiene todo, bellos paisajes, recuerdos de infancia, apego a la tierra, reencuentro familiar... No podríamos pedirte nada mas. Es tanto el mimo que pones en las fotos y en los textos que sólo puede decirte: GRACIAS, GRACIAS Y MÁS GRACIAS

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  9. Precioso recorrido por la geografía y los recuerdos de tu infancia que nos ha hecho vivirlos como propios. Los que tenemos orígenes pueblerinos siempre añoramos esos lugares que desde pequeños nos han inculcado nuestros padres y nos han hecho amarlos a través de sus recuerdos. Gracias por compartir con todas nosotras tus orígenes, tu retorno y el hermoso recorrido que por ellos nos has descrito.

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  10. Hermosa tierra Extremadura y desconocida para muchos, todo y que estos últimos años ya se oye hablar mucho de sus bellezas pero te hablo de mi adolescencia, parecía desde mi Catalunya que Andalucia y Extremadura las grandes olvidadas, nos vendian que todo era seco que en la Hurdes era la pobreza total, que facil es crear un estereotipo y desde el ir hablando, que verdor tiene la tierra de tus padres que espero conocer pronto, y Andalucia que sus pueblos son auténticos vergeles, ciudades llenas de arte de cultura.
    Has hecho lo que tu corazón y tu alma necesitaba, volver a tus raices, reir con tus primas y decidir que no tasdarás tanto en volver a esta desconocida para muchos y tan hermosa Extremadura.

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  11. Qué viaje más bonito Matilde, muy entrañable pero es una lástima que os hayáis reencontrado las primas por un motivo tan triste. Eso no puede ser, no hay que distanciarse tanto de la familia, por mucho que uno esté lejos, siempre debe guardar unas vacaciones para ir a visitar a la familia allá donde estén. Espero que os volváis a ver muy pronto. Me apunto Extremadura en mi lista de lugares que visitar. Me ha encantado.

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