21 de diciembre de 2016

Matices de Navidad en mi cocina...

 Ya sabéis chicas que para las vergelianas, la cocina es una de nuestras estancias preferidas. Nos encantan blancas, cálidas, acogedoras y repletas de encanto. Es por ello que al aproximarse la Navidad no dudamos ni un ápice en decorarlas para sentirnos aún mucho más especiales. La mía no ha necesitado mucho, ya veréis, con algunas pinceladas se torna festiva tiñéndose de magia, como a mi me gusta porque es en ella donde se van a elaborar guisos exquisitos y postres que ni os cuento, lo ricos que van a quedar...
Las plantas invernales no faltan en este espacio. Hiedra verde en forma de circulo, con sus lágrimas de cristales colgando y ese angelito blanco con alas pinchado, en su mismo centro...
 Por supuesto poinsetias, la eterna variedad navideña por excelencia, con sus flores rojas y acompañada de ramas pequeñas de abeto...
 Cuencos con piñas recogidas, faltaría más chicas, esos elementos naturales escogidos este año para mis decoraciones...
 Y reaparece mi corazón de muérdago tan adorable. Es que me encanta, colgando siempre de la barra de la cortina y fundiéndose con los cielos que hoy amanecen bien soleados...
 También pululan pajaritos blancos en portavelas que serán encendidos el día de Navidad...
 Como prenderé igualmente la vela roja que se trasluce a través de renos serigrafiados en el mismo cristal...
 Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, que no os le he contado chicas. Pero en nuestro viaje sentimental a tierras extremeñas, Celia se encontró una antigua herradura de caballo en el mismísimo suelo. La recogimos y la hemos colgado de una de las perchas de la cocina. Dicen que trae suerte, así que hay luce, con una piña y una bonita lazada muy festiva...
 Pero aún aparecen por aquí más matices navideños. Tras la redonda hiedra trenzada, asoma la casita de pájaros que rescaté del vergel...
 Moníiiiiiiiiisima ella...
Le he doblado perfectamente sus alitas y le he colocado una vela que encender, junto a mi pequeño cojín que anuncia que esta es, sin dudarlo, mi estación preferida...
Más pajaritos blancos, más cristales brillando de la lámpara...
 Más detalles que añadir a la decoración de este año en esta cocina...
 Y mi corazón especial entremezclado con mi romántica cortina...
 ¿Sabéis una cosa chicas?. Hasta me lo miro y remiro cuando paseo por la calle, alzo la vista desde abajo hacia mi ventanal y allí esta él, recordándome a esas casas nórdicas que lucen sus adornos en las mismísimas ventanas...
 Y qué me decís de la alacena blanca. Ella así mismo se viste de Navidad repleta de tacitas antiguas, piñas en tarritos de cristal y un Papa Noel jovial que nos saluda con cariño...
 Así son nuestras cocinas vergelianas en las deseadas fiestas. Las engalanamos con ternura, sin recargarlas en exceso, solo escogiendo pequeños detalles o vistiendo con gracia los que ya lucían desde siempre...
 Rojos, verdes, plantas de temporada en vivos colores, cristalitos brillando, piezas de vajillas navideñas...
 Y aromas exquisitos que huelen de maravilla. Nosotras ya hemos horneado las primeras galletas con formas divertidas. No faltan muñecos de nieve con merengue saboroso...
Abetos con glaseado de colores...

 Bien envueltos para ser regalados a los nuestros...
 Y por supuesto ya hemos elaborado un enorme bizcocho navideño con aroma de limón y vainilla.
 Esponjoso, repleto de azúcar glas y hasta con tarjeta navideña en su centro felicitando las fiestas...
 Y llega el atardecer chicas, hora de encender las lucecillas que tanto nos gustan.
En este vergel se ilumina el árbol de hojas transparentes que tanto adoramos...
 Y aparezco yo con larga guirnalda entre mis manos acabada de elaborar. La conforman bolas plateadas, estrellas y corazones de madera. Me ha sido fácil entrelazar todo ello, son pequeñas cositas que ya tenía y que ahora componen tan magnífico adorno luminoso...
 Ohhhhhhhhhhhhh, chicas, que bonita queda colgando de la alacena...
 Ideal para iluminar las muchas noches festivas que nos quedan por vivir...
Pienso encenderla tantas veces quiera, mientras elaboro mi guiso tradicional de Navidad y mientras charlamos la familia antes de sentarnos todos en la gran mesa. Ella nos va a acompañar iluminando en mi cocina...
 Creo que hasta al mismo Papa Noel le ha enamorado, se la mira de reojo, asintiendome con su cara bonachona lo mucho que le ha gustado...
 Cuatro días para Navidad preciosas. La cuenta atrás sigue imparable porque aún nos quedan tantas cosas por acabar que ya estamos de los nervios. Mañana, mercado semanal en mi ciudad, recogida de notas de Celia y compras varias de último momento. Madre mía, somos imparables y es que la Navidad se merece todo lo mejor. ¿No estáis de acuerdo vergelianas?...
 Pues felicísimo miércoles maravilloso para todasssssssssssssssssssssssssssss...

6 comentarios:

  1. Hola Matilde que hermoso te esta,quedando todo, en la cocina,en todo tu hogar huele a navidad, y con esas galletas y ese bizcocho se ven delicioso y si yo también tengo que hacer compras,de ultimo momento,y cocinar unas galletas de gengibre , bueno Matilde y vergelianas que terminen bien este día les mando un beso a todas hasta mañana.

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  2. Hola el olor de ese guiso ñavideño llega hasta Madrid .
    Felices fiestas .
    Un beso

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  3. Hola Matilde,me encanta como ha quedado tu cocina, con esos detalles, como tu muy bien dices tan nórdicos. Las galletas se ven deliciosas. Muchos besitos

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  4. Preciosa ha quedado la cocina como el resto de la casa. Rezuma espíritu navideño por todas partes. Felices fiestas para tí y todas las vergelianas

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  5. Hola Matilde, preciosa esta tu cocina que ya te está esperando preparar esos deliciosos guisos navideños que inundarán con su aroma toda la estancia.
    Buenas noches

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