Recorrido hacia los ciruelos...

Hoy me acompañáis todas a un mañanero recorrido hacia los ciruelos en flor...Dejo atrás los almendros de semanas pasadas y cambio el rumbo hacia un agradable parque repleto de árboles, césped que empieza a verdecer, cielos azules y total tranquilidad. Me acompaña Yaiza, como siempre, no se pierde ni uno de mis largos paseos, las dos caminamos sin prisas, disfrutando de un día agradable a pesar del viento que sopla. Aún los grandes álamos se divisan sin apenas hojas, pero dentro de unas semanas o quizás un mes, el paisaje se transformará y todo dará paso a una increíble explosión de colores que lo embellece todo...

Y llegamos... Al lugar donde los ciruelos empiezan a florecer. Que maravilla...Sus flores rosadas a la luz del sol parecen como campanillas que se iluminan y balancean con el soplar del viento. Me enamoran año tras año, me quedo quieta mirándolos, sin entender como en apenas una semana se han transformado de simples árboles desnudos a imponentes ramas repletas de belleza. Es lo que tiene la naturaleza, ella no se detiene y llegado el momento no regala todas sus maravillas...Es que me llevaría uno enterito a mi vergel, para plantarlo allí en mitad y sentarme bajo su copa. Su floración es efímera, dura poquito, después esas flores darán paso a unas hojas de un color granatoso. Al igual que la Magnolia es un árbol que primero echa sus flores para más tarde brotar llenísimo de hojas...

El paseo finaliza y con él la belleza de los ciruelos. Abro mi puerta y cambio el cielo azul por la calidez de mi hogar...Enciendo la luz y cierro la puerta. Tras de ella mi eterno corazón anunciando un perfecto día. Perfecto, no sé, pero por el momento llego recargada de buena energía...

Entro en la cocina porque a lo lejos se divisa unas pequeñas ramas de ciruelo recogidas hace días. No puedo traerme el árbol entero, pero si concentrar su belleza en un sencillo arreglo floral. Esta vez dentro de una jarra de leche serigrafiada con delicadas letras...

A su lado, un bote para meter espaguettis de la misma colección. Ya sabéis que cualquier recipiente es perfecto para colocar en su interior todo tipo de flores. En la cocina todas las piezas de la vajilla sirven y se convierten en improvisados jarrones...

Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, que me enamoran los ciruelos, los almendros y dentro de poquito las glicinas...No hay árbol o enredadera que se me resista. Es recoger unas cuantas de sus ramas, colocarlas en jarrones y mi casa se transfora en un improvisado jardín primaveral...

Feliz martes, que el viento que hoy se mueve no se lleve las ganas de hacer cosas, idear, crear y embellecer...