¡Lunes de delicioso cumpleaños!...

 Ayer celebramos el cumpleaños de nuestro Víctor. No pude asomarme por esta ventana, emergida estuve en prepararlo todo para que su día, a pesar de no ser festivo, resultara perfecto. Me fui de buena mañana al mercado donde escogí fresco pescado como segundo plato, después a la quesería para adquirir un buen pedazo de queso de cabra y por último a mi pastelería predilecta donde elegí ese pastel indispensable que no debe faltar en ningún cumpleaños. Con todo ello volví a casa y manos a la obra me enfrasqué en la elaboración de una comida deliciosa...
Aquí asoma el postre, con sus velas colocadas. Perfecta cifra...

 Nata, crema catalana, almendras y virutas de chocolate...

 El preferido de Víctor. Es curioso pero en cada cumpleaños siempre hay un pastel diferente y los que lo escogen siempre pensamos en los gustos del cumpleañero...

 Como primer plato elaboré una gran ensalada de queso de cabra tibia. Más que nada porque este tipo de entrantes vuelven loco a Víctor. Así que aprovechando su fiesta hoy os cuento como la elaboro yo, un poquito a mi manera, con ciertos matices vergelianos...

 En grandes y ondos platos de porcelana esparzo brotes de lechuga tiernos variados...

 Le añado aguacates bien cortaditos, en esta casa nos encanta esta verdura...

 Cebolla fresca...

 Olivas negras de Aragón...

 Nueces bien troceadas...

 Y pimiento verde en finas rodajas...

 En último lugar el queso de cabra, eso si de buenísima calidad...

 De esos que a las adictas al queso se nos hace la boca agua nada más mirarlo...

 Corto dos gruesas rodajas...

 Y la coloco en medio del plato con una nuez coronandola como delicioso adorno...

 Ya sabéis que la perfecta presentación de los platos tiene que ser indispensable para que resulten más irresistibles...

 Ummmmmmmmmmmmm...

 Antes de servirla  a la mesa, pasaré la rodaja de queso un poquito por la sartén, ahí radica el secreto para que esta sencilla ensalada quede de vicio. El queso calentito potencia todavía más su irresistible sabor...

 Y ahora chicas, la guinda perfecta para acabar. Una vinagreta como perfecto aliño...

 En un bol, mezclo aceite de oliva, sal, vinagre de manazana, vinagre de módena, un poquito de pimienta y una cucharada de miel...

 Todo bien mezclado para rociar con abundancia sobre las ensaladas...

 Pensé en vestir la mesa del salón como merecía el gran día. Pero después miro hacia el ventanal de la cocina con esos verdes y altos pinos...

Con las desbordantes flores de petunias rosadas de la jardinera...

 Y con el solecito de medio día asomando por todos lados...

 Que no me lo pensé...

 Celebraremos el cumpleaños de Víctor en la mismísima cocina...
Largas velas azules, individuales redondos en blanco sobre el estampado mantel...

Flores en rosa...

Y vajilla blanca que siempre viste con todo...

 Un maravilloso rincón para una maravillosa celebración...

 Fue una comida rápida, ya sabéis como resultan los día a día en los que al poco vuelven todos a salir corriendo a sus quehaceres. Pero hubo tiempo de tirones de orejas, de apagar las velas con deseo incluido y de regalos que hicieron feliz a nuestro Víctor. El fin de semana volveremos a repetir en familia, todo con más calma, saboreando esos años recién estrenados. ¿No pensáis que los cumpleaños deberían ser fiesta personal en el trabajo chicas?...

Con enorme lluvia incesante que lleva cayendo desde que amaneció este martes...
¡Feliz día preciosasssssssssssssssssssss y felicísimo cumpleaños para Víctor!, mañana nos vemos en la casa vergeliana de Paqui, aunque por aquí la conocemos con el seudónimo de Elvira. Ella nos abrirá este miércoles su maravilloso hogar en Granada, lleno de color, plantas y detalles que os van a enamorar...
¿La visitamos juntas?...