Una larga mesa...
Platos, vasos, aperitivos, buen vino...
Una barbacoa encendida...
Y los famosos calçots que degustamos el domingo en familia...
Al llegar estas fechas es lo que apetece. Esa especie de cebolletas asadas a fuego lento en la parrilla. Y cualquier excusa es perfecta para juntarse en familia y saborearlas en un domingo totalmente primaveral. Tocó en la encantadora terraza de mi especial cuñada, un espacio al exterior agradable, lleno de plantas a punto de florecer y con un tenue solecito mucho más que apetecible...
Para todas aquellas que nunca habéis oído hablar de los famosos calçots, aquí los tenéis...Se compran directamente a los "pageses" de la zona, cultivadores que los siembran con sus propias manos. También pueden encontrarse en los supermercados, pero nada que ver con los anteriores, mucho más tiernos y sabrosos. Después se colocan en una gran parrilla para irse asando lentamente al vivo fuego...
Una vez asados, se envuelven en papel de periódico para que no se enfríen...
Y cuando ya están todos doraditos...A comerlos con mucho arte, tal y como veis aquí hacerlo a nuestro Víctor...
Para acompañarlos, nada mejor que deliciosa chistorra, pollo, churrasco y unas buenas llescas de pan de pagès tostadas en el mismo fuego...
Y a disfrutarrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr...
He de confesaros que a mi no me gustan, que le vamos hacer...Creo que exceptuando los peques que no los probaron, yo fui la única de los adultos allí presentes que me abstuve de saborearlos a pesar de su excelente presencia y su aroma delicioso...
Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii preciosas, que se me olvidaba. No hay magníficos calçots sin salsa con que untarse. Mi cuñado fue el encargado de elaborarla, una salsa de romesco a base de ñora, tomates, ajos, aceite de oliva, almendras, rebanadas de pan duro y hojas de perejil. Una vez lista y triturada, se suelen servir en unos cuencos de barro antiguos como éstos...
Feliz y relajada estuve yo todo el día del domingo. Rodeada de los míos, tomando algo de solecito primaveral, degustando rica chistorra y charlando en agradable compañía. Como me gustan las reuniones de domingo, dejando pasar las horas que se alargan y se alargan y más ahora que empezará a oscurecer mucho más tarde pudiendo disfrutar de los exteriores, de agradables paseos y de cervecitas en terrazas...
Pero eso fue el domingo de calçotada en familia. El lunes llegó... Tras él, mi adorable flor de orquídea completamente abierta...
Ahora si que si, pétalos en su máximo esplendor como ya os lo había anunciado. Acercaros y apreciad los rosas, granates y amarillos que la conforman por completo. Curioso es ver como una de estas especies nos descubre una gran variedad de colores. Me cuenta Anahi Bello, seguidora de este blog, que allí en su lejano y bello país de Costa Rica cuando colocan juntas una orquídea blanca y otra granate en la próxima floración de ambas, las dos se teñirán en combinados colores, punteadas en blanco y granate. Increíbleeeeeeeeeeeeeeeeee, ¿no creéis?...
Ello me hace pensar si la mía no estuvo en su momento acompañada de otra bella orquídea en color rosado...
Y de la mezcla de ambas floreció ésta que hoy conforma parte de mi hogar...
Resaltando entre todo por su belleza y originalidad...
Martes que ya llegó, semana de vacaciones para muchas. Tiempo para dedicarlo a todo lo que amamos. Yo por mi parte me volcaré en mis vergeles, a mimarlos, a plantar, a recortar, abonar...Y por supuesto a tumbarme en mis hamacas leyendo esos libros encontrados en la biblioteca de mi ciudad. Habrá tiempo también para alguna escapadita a un pueblo encantador, quizás el Priorato o alejándonos un poco más al bello sur de Francia. Ya veremos chicas, lo importante es salirnos de la rutina y dejarnos llevar...
¿Me vais a contar vuestros planes?...
Feliz tarde de martes para todassssssssssssssssssssssssssssssss