La cabaña en el jardín...

Hola maravillosas mujeres...¿estáis todas ya por aquí?... Como os prometí ayer, vamos a visitar todas juntas una deliciosa casita de campo repleta de total primavera. Aunque esta estación todavía no ha irrumpido en nuestras ciudades, si que inunda con placer muchos otros lugares y hogares maravillosos. ¡Vamos a descubrirla!...
Construida en una aislada colina, la rodea un inmenso jardín repleto de variadas flores silvestres nativas incluyendo preciosas orquídeas, rododendros y otras muchas variedades que se suceden unas tras otras hasta llegar a la mismísima puerta de entrada...Aquí la tenéis, una casa de campo muy romántica de una sola planta conformada por un salón, una cocina, una habitación y un cuarto de baño. Pequeña pero maravillosa en colores, espacios, complementos y luminosidad...
¿Entramos?...

Con semejante jardín imposible no llenar sus interiores de coquetos arreglos florales que descansan con frescura en repisas y estanterías...

Éstos acompañan a portavelas, piezas de cristal y delicadas lámparas. Adornan sobre piezas de blanca madera y delante de majestuosos espejos que reflejan toda la luz que se cuela en cada estancia...

Todo es blancura inmaculada, tan solo irrumpida por esas pinceladas azules apreciadas en las rayas de los estores, en el reloj primaveral, en jarrones de cristal, tapizados de las sillas y variadas alfombras...

Divino ventanal el del salón...

Que maravilla de espacio, como un enorme mirador que nos abre a la inmensa belleza del jardín. Creo que su propietaria nos ha servido la merienda en él, invitándonos a sentarnos por largas horas de paz y sosiego...

No me negaréis que es totalmente irresistible con esa chimenea antigua presidiéndolo todo...

Y esas pocas piezas escogidas con acierto, como el coqueto velador con butaca incluida...

Nos adentramos en la provenzal cocina. Más luz a raudales potenciada por la azulada alacena repleta de piezas de vajilla antigua...

Y de ella irrumpimos...

En el dormitorio principal y único de esta joya de casita...Un oasis decorado con mimo, cuidado hasta el mínimo detalle. Nuevamente el blanco como total protagonista en muebles, cortinas, alfombras, suelos y textiles. Eso si, irrumpido por el delicado empapelado de todas sus paredes, un estampado floral de ramas blancas en cascada sobre un fondo azulado...

Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, chicas adorables esas paredes que envuelven el espacio en una total y eterna primavera...

No sé vosotras, pero yo les robo este pequeño tocador con matices afrancesados. Con ese espejo plegable en el que empolvarse la nariz y maquillarse sin prisas todas y cada una de las mañanas...

Alargad la mirada más allá, hasta el cuarto de baño adyacente al dormitorio. En él se entreve una enorme bañera y un espacio nuevamente repleto de luz...

¿Será por su coqueta ventana tan original e irresistible?...

Pero volvamos al verde porche presidido por ese sutil banco de hierro. Y de él nuevamente al inmenso jardín...

Hace una tarde de total primavera y no podemos perdernos tan verdes exteriores. Una belleza  camaleónica, en paz con su paisaje. Rosas, azules, lilas y verdes conforman el lugar ideal para compartir una puesta de sol alargando la vista hasta el mismísimo infinito...

O simplemente corretear por el césped como la simpática mascota de los propietarios...

Por cierto preciosas, esta es una casa alquilada para vacaciones como un pequeño hotelito rural. Sus dueños viven por y para sus huéspedes. Su perfecto lema es..." Ser amables con nuestros invitados y dejar que las flores cuenten su historia desde el corazón"...

Ufffffffffffffffffffffff, como nos gustaría a todas comprobar desde tan idílico lugar, tan curioso lema...
Desde la cabaña en el jardín...
¡Feliz final de domingo para todasssssssssssssssssss!