Un roibo de trufa...

Ayer chicas, una escapada por Lleida, y hoy nos colamos en mi cocina, ¿qué os parece?...este blog es lo que tiene, montones de temas vergelianos a compartir, no importa de que hablemos porque lo maravilloso de esta ventana reside, en juntarnos y compartir lo que se nos antoje. Y hoy se me antoja un roibo de trufa a mitad de mañana. Os confieso que soy más de cafés, pero pasados los excesos navideños, nos hemos puesto a dieta en esta casa, así que nada mejor que una infusión bien calentita...

Pongo al fuego mi pequeña tetera de hierro fundido, aquella que solo admite una pequeña taza...

Dispuesta a prepararme un roibo de trufa...

Mi armario está lleno de sabores, todos bien conservados tal y como me los prepara el chico de la tetería...

Tengo de canela, de vainilla, de chocolate, de chai...

Para todos los gustos, pero el que siempre más nos apetece por aquí es el inigualable roibo de estrella de Oriente...

Tiene una mezcla de sabores maravillosa, imposible describiros cuales son, pero os aseguro que engancha...

Toca escoger la taza, yo soy así, dependiendo del día de la semana, elijo una de las tantas que tengo expuestas por mi cocina...

Rosas, blancas, floreadas, en verde mint...Todas ellas con mensaje incluido para alegrarme el momento...

A la taza para el roibo debe acompañarle una coqueta cucharilla...

Para eso tengo yo este precioso envase de cristal serigrafiado donde guardo montones de ellas...

A juego con otro más grande donde suelo colocar una pequeña vela a encender...

Creo que el agua tiene ya la temperatura adecuada para echarle la cantidad justa de roibo...

Mirad chicas, que delicia. Se entremezclan trocitos de trufa desprendiendo un aroma totalmente adictivo...

En cuanto a la cantidad exacta, yo siempre me guío por las instrucciones escritas en el envase de papel que siempre me apunta el dependiente de la tetería... 

Así no hay error posible...

Y siempre quedan los roibos perfectos y deliciosos...

Os cuento que hace ya tiempo Víctor y yo nos aficionamos a los tés y roibos. Cuando los preparamos para los dos, lo hacemos en esta tetera grande de auténtico hierro fundido, ideal para elaborarlos...

Desde que terminaron las fiestas navideñas, cada noche nos preparamos una gran taza de cualquier variedad que tomamos en el sofá, una manera de relajarnos, cuidarnos y dar por finalizado el día...

Hoy siento nostalgia festiva, así que escojo la taza de dibujos navideños...

Ya está listo mi roibo de trufa...

Tapo la tetera, la coloco en la bandeja...

Atravieso el pasillo...

Y me instalo en el despacho...

Un despacho que comparto con Víctor desde que acondicionamos la antigua habitación de Celia en lugar de trabajo para ambos. Ahí están su ordenador y sus papeles esparcidos...

Los coloco a un lado dispuesta a instalarme para degustar mi calentita infusión de media mañana...

No hay mejor lugar que este para sentarme a hablar con todas mis vergelianas...

Tengo solecito directo de mi gran ventanal...

Coleos preciosos creciendo imparables...

Acordaros chicas que son aquellos esquejes replantados la primavera pasada. Ahora han crecido bastante, una de las pocas variedades de interior que fructiferan en esta casa con la llegada del invierno. Las poinsetias se me están muriendo, una lástima porque son una especie que me encanta...

Pero siempre me quedan los coleos, ellos teniendo solecito delante de cualquier ventana, duran infinitamente...

Me pongo una cucharada pequeña de azúcar moreno. Si preciosas, soy de las que endulza el café, los tes, las infusiones y los roibos...

Que le vamos a hacer, dulcera por naturaleza...

Y me sirvo...

Ummmmmmmmmmmmmmm, que aroma a trufa, parece que vaya a mordisquear un pedacito de chocolate caliente...

¿No os llega a vosotras semejante olor?...

¡A vuestra salud chicas!

Nada mejor que con un roibo de trufa para deciros que los Reyes Magos se portaron en esta casa de maravilla. Menudo regalazo conjunto para toda la familia. Fijaros si era grande tal presente que sus majestades no pudieron ni envolverlo. ¿Adivináis de qué se trata?...

También os anuncio que la sección de casas vergelianas la retomaré el miércoles que viene con el hogar de Adela Caballero...

Que las plantas las tengo algo aparcadas, no es que mis vergeles estén desangelados, es que menudo invierno estamos teniendo...los puestos florales de mi ciudad están cerrados por vacaciones hasta el mes de febrero, lo que provoca algo de falta de inspiración jardinera, pero todo llegará chicas...

Además me ronda por mi pequeña cabecita montarme en la parte de arriba, donde tengo los famosos muebles de teca antiguos con vistas a la terraza, una zona de lectura para mi solita. ¿Qué tal un precioso empapelado, una lámpara de pie, un sofá orejero con reposapiés, o hasta un largo banco de obra con mullidos cojines?. Que la inspiración decoradora sea la protagonista en nuestras casas este 2018...

Madre mía, la de cosas que os he contado con un buen roibo entre mis manos. Ya hemos pasado juntas, con mil y una historias, la mañana fría de este miércoles. Solo me queda una cosa...
Sed felices con esos pequeños placeres que la vida nos brinda...
¡Hasta mañana!