Fin de año en una casa vergeliana...

Segundo día del año chicas, ¿qué tal lo lleváis todas?...Seguro que muchas de vosotras ya os habréis reincorporado de nuevo al trabajo, una especie de inicio a la rutina que se verá interrumpido por la última de las fiestas, los Reyes Magos. Pero aún mantenemos el buen sabor de boca de la Nochevieja familiar, esa especial reunión que acabó a las tantas y que dio paso al nuevo año. La nuestra estuvo repleta de buena comida, buena compañía y perfecta velada interminable. Me tocó ser invitada, que lujazo chicas, y en una casa totalmente vergeliana como a nosotras nos gusta. Mi especial cuñada tiene un pequeño apartamento en pleno centro de la ciudad, decorado con detalles y navideño de los pies a la cabeza. Su entrada lucía una roja poinsetia, lucecitas luminosas, un ángel glamuroso y un gran cartel donde podía leerse feliz navidad en diferentes idiomas...

La mesa conformó gran parte del comedor, nos juntábamos unos cuantos y ella supo vestirla de maravilla...

No faltaron portavelas colgantes encendidos...

Un centro de mesa muy natural en madera y bayas rojas...

Renos iluminados para la ocasión...

Y el indiscutible árbol navideño en uno de los rincones...

Que precioso, ¿verdad vergelianas?. Verde y blanco, guirnalda de algodones, renos colgando, enorme estrella blanca en lo alto y diminutas tarjetas esparcidas...

Ella se esmeró no solo en la decoración, sino también en el menú, estaba todo delicioso...Le pasa lo mismo que a mi, aunque no le gusta demasiado eso de meterse en la cocina, es una gran cocinera, os lo aseguro...

Mis niños, cada día más grandes, cada día más guapos. Ellos sin dudarlo fueron el alma de la velada...

Rodeada de canapés variados, pastel frío de salmón y demás entrantes, brillaba la vela navideña encendida...

Mi sobrino pequeño se esmeró en escribir en cada servilleta el nombre de los comensales. Así sabíamos todos donde sentarnos. Un detalle encantador...

Más adornos a lucir... Palabras delicadas colgando de una de las paredes, una gran jaula iluminada...

Y su coqueto balcón vestido con esmero...

Desde el mismísimo salón podíamos ver la perfecta iluminación exterior. Globos colgando...

Enorme guirnalda de bolas recorriendo la baranda y alguna que otra lucecita brillando. Por cierto chicas, éste es el balcón vergeliano que este verano redecoramos mi cuñada y yo. No os lo pude enseñar acabado, lo tengo pendiente, pero os avanzo que si es precioso al anochecer, ni os imagináis lo encantador que luce a pleno día...

Como encantador es su pequeño salón-comedor. Fijaros en las cortinas de color verde mint, en la estantería de obra en la pared repleta de detalles, en la vitrina de madera oscura y en ese colgador de velas del techo con lágrimas incluidas...

"Merry Christmas" escrito en un navideño cuadro...

Y es que ya sabéis que las navidades en las casas vergelianas como ésta  son mucho más vividas...

A las doce en punto nos comimos las doce uvas entre risas y algún que otro pequeño atragantamiento, pero cumplimos como cada año...

Y después se desató la gran fiesta. No faltaron cotillones muy divertidos...

Gafas simpáticas, corbatas brillantes...

Y muchas fotos para inmortalizarlo todo...

¿A qué estábamos bien guapas las mujeres de la familia?...

Guapas y algo locas, hay que empezar el nuevo año con energías renovadas y total fiesta...

Nosotras coquetas hasta el infinito, apostamos por el negro, y el rojo...

Negro de total elegancia, y rojo pasión como nota de total suerte...

Que sepáis que este brindis de cava va por todas vosotras...

Como también va la tímida sonrisa de mi Celia...

Y la enorme alegría de mi Víctor...

Momentos de fin de año en casa de una mujer muy especial...

Gran anfitriona, gran amiga, gran cuñada, grande de todo...
Ella, gran vergeliana también, coqueta donde las haya, os acerca su copa para desearos a todas, un maravilloso 2018. Me ha prometido enseñaros uno de estos días, su pequeño apartamento y su mini vergel en la ciudad...

Con ello os anuncio que retomo la sección de "Las casas de las vergelianas". A parte de la de mi cuñada, nuestra Adela Caballero, me envío montones de fotos de la suya que desea compartir en nuestra ventana. Emocionada estoy porque sé que estas entradas al blog os encantaban a todas. ¿Alguien más se anima a ello?...
Con la amplia sonrisa de la mejor de todas las anfitrionas...

¡Feliz segundo día del año para todas mis mujeres!