Invitadas estáis...

De nuevo hoy os traigo algo delicioso...Últimamente me estoy haciendo golosa y no dejo de enseñaros riquísimas tentaciones difíciles de no probar. Pero antes he de deciros que me encantan las panaderías de barrio, las de toda la vida, las que tienen horno propio y donde nada más entrar te invade un aroma que te sacia cada uno de los sentidos. Yo cuento con una muy cerquita, enfrente de la iglesia que lleva el mismo nombre que la magnífica panadería, esa iglesia donde me bautizaron e hice la comunión. Paso a menudo por ella y casi siempre se me hace imposible no entrar y comprar cualquiera de sus bollos que inundan el escaparate. Pero dejo de hablaros y os muestro el croissant  que he comprado esta mañana...Enormeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee porque todo en esta panadería es a lo grande. Los donuts como roscas, las enseimadas inmenesas, las cañas de crema ni os cuento y las magdalenas parecen pequeños bizcochos...Fíjaros en él, lo tengo tapadito debajo del protector de malla para que no se me estropee...

 Lo destapo para que lo contempléis. Pensad que el plato donde esta colocado es un bajo plato de pizza y a pesar del tamaño de este, el croissant se sale casi de él. Grandísimo...

Relleno de chocolate y con sus patitas cubiertas de esa cobertura tan deliciosa...

Crujiente todo él, calentito...¿No se os hace la boca agua nada más de mirarlo?...

Al lado de la tacita de café, ésta se ve diminuta...

Y dentro de mi mano ni lo abarco...

Ummmmmmmmmmmmmm, nos está esperando a todas...Invitadas estáis, por supuesto...

Porque hoy, aunque sea solo virtualmente, preparo la mesa del salón para todas vosotras...Y por supuesto con lo mejor de lo mejor. Mi vajilla con florecitas, mis tazas a juego para café o sino grandes boles para los que lo prefiráis con leche. Servilletas estampadas en mi servilletero de Ikea, platos de acorde a todo el conjunto y las cucharillas todas juntas en el cubertero de cristal serigrafiado...Todoooooooooooooo en tonos rosados porque sé que os encantan a muchas de vosotras, un color que levanta el ánimo y nos hace sonreír si, como no, va acompañado de plantitas delicadas fuente de vitalidad...

Pero falta algo para acabar de haceros sentir como reinas. Y es un precioso mantel con que vestir la mesa. Ese sin duda es el que guardo para las ocasiones. De hilo fino y con puntillas que lo rematan. Ahora si que si. Todo está preparado para que me acompañéis en una agradable tertulia de risas, griterío y confidencias...  

Pero mientras lo dispongo todo, vuelvo a tapar el inmenso croissant porque el aroma que desprende me tienta a darle un gran bocado...

Chicas, mi casa está abierta con una deliciosa invitación. Como me gustaría poder juntaros a todas a merendar una tarde. Aunque apretaditas estaríamos de maravilla, de eso ya me encargaría yo porque os iba a traer de esa estupenda panadería de barrio tantas maravillas enormes que no os ibais a poder resistir. Lo malo sería como echaros luego de allí, ja,ja...

El viernes llegó y con él un nuevo fin de semana que a nosotros se nos presenta mucho más que movido. Pero me encanta, que mi casa se llene de gente, cobrando más vida que nunca, risas, tertulia, aromas deliciosos que esperan a ser degustados y toda la gente a la que quiero...

Ojalá que todas vosotras pudierais acompañarnos...

¡Felicísimo viernes preciosas!