"Se cuenta una hermosa y triste leyenda sobre el clavel del aire, planta que vive pendiendo de los troncos o ramas de añosos algarrobos o de los pelados peñascos. Refiere la misma que durante una minga, un joven oficial español se enamoró de una indiecita conocida por Shullca, la que en ningún momento correspondió al apasionado amor de aquél. Juró entonces vengarse de la que así despreciaba su cariño, y una tarde en la que la halló sola en la sierra comenzó a perseguirla. La niña, en su desesperación, trepó a la rama más alta de un coposo algarrobo que el viento balanceaba amenazando derribarla. Le pidió el joven con buenas palabras que bajara, prometiéndole respetarla si así lo hacía. Como la niña se negara a ello, le amenazó con su puñal. Lo que no pudo la súplica, menos logró la amenaza. Y entre despechado y furioso arrojó el arma que fue a clavarse en el pecho de la infeliz. Como un pájaro cayó el cuerpo de Shullca en el vacío y tras él, el del oficial hispano. Una gota de sangre alcanzó a humedecer el tronco del árbol. Y allí nació el clavel del aire, que antes de una flor es, al decir de Joaquín V. González, un rayo de luz modelado en la forma de los lirios místicos, con tres pétalos de suavísimo y casi volátil tejido con la blancura y el aroma de la virginidad seráfica, porque es el alma de la tierra, y encarnada en tan delicioso cuerpo, vive encima de ella, impregnándola de su aliento que es gracia y amor".
Hoy preciosas os abro la ventanita con una encantadora leyenda. Porque las plantas también esconden tras de si curiosas historias que contar, y aprovechando mi nuevo clavel del viento, comprado ayer en Jardiland, pues os dejo no solo preciosas fotos, sino también su historia y sus cuidados. ¿No os quejaréis?...
Colgando lo tenéis de un fino alambre en la pequeña terracita. Apenas si se distingue entre las plantas, es tan chiquitín...
Os acerco la cámara y mirad que maravilla, verde y rosado...
Suspendido está, sus raíces aéreas así lo requieren. Etéreo como bien dice su leyenda, me enamoró ayer nada más verlo. Tres euros vale para las curiosas, pero creo que hasta hubiera pagado más, solo por tenerlo formando parte de mi vergel...Para que veáis su pequeñez os lo pongo al lado de mi mano y no es ni la mitad de ella...
Su color es precioso, muy otoñal, adquiriendo los mismos matices que la planta de amor de hombre...
No se que tienen estos tonos, pero a mi al llegar esta estación, es que los colocaría por todas partes...
Hasta he acercado la silla de hierro con cojín incluido para poder admirarlo durante largo rato. Su curiosa belleza así lo requiere...
Y si lo pongo asomando a lo lejos entre el verde que lo rodea, su preciosa forma se vuelve, si cabe, mucho
más maravillosa...
Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, es que me tiene enamorada de todas, todas...
Junto a los pensamientos hasta estos se dibujan mucho más especiales...
Pero subamos arriba, al gran vergel porque allí vive otro especial clavel del viento...
El que viajó con nosotros desde Asturias y que un lugareño de por allí me obsequió con sumo encanto...
Este es solo verde, con diferentes tonalidades rasgadas, pero igualmente que el otro me hipnotiza por su belleza y por sus cuidados que son, no solo mínimos, es que no necesitan nada de nada...
Se alimentan del aire que circula, de la humedad existente y del agua de lluvia que de vez en cuando los rociará...
Pues que maravilla, tenerlos colgados y verlos crecer hasta convertirse como en tierras asturianas, en enormes bolas verdes...
A la espera estoy de ello, y bien es cierto que el asturiano ha crecido ya un poquito y ello me llena de total satisfacción. Ya son muchas las amigas que me han pedido hijos para poder tenerlos en sus balcones. Tendrán que esperar aún un poquito...
Por el momento aquí están, colgando cerca de algún árbol, como me han recomendado. Algo extraño, pero es un hecho indesmentible que el clavel del viento, solo pervive si está colgado contiguo a un árbol. Es como si necesitará de ellos para crecer en perfecta armonía...
Y no seré yo quien se lo niegue, faltaría más...
El lunes tocó a nuestras puertas, y las hemos abierto de par en par para que la semana se cuele por ellas. Nos esperan días en lo que cabe de todo, inspiración, charlas, plantas y algún que otro café para compartir.¿Os apuntáis conmigo?...
Feliz lunes y bienvenida nueva seguidora, Ionó ya formas parte de la gran ventana diaria...
Buenas tardes Matilde: Bonita la leyenda sobre el "clavel del aire" y muy original la planta, esa especie no la conocía, me recuerda a las estrellas de mar. La verdad Matilde que tienes "dedos verdes". Un saludo cariñoso.
ResponderEliminar¡Hola guapi! Yo tampoco conocía esta planta ... aprendo muchísimo contigo. Cariños y feliz semana
ResponderEliminarMaite hola!!!!!! que bonito el clavel del aire y el que te regalaron en Asturias ya lo creo que ha crecido, también tienes el amor de hombre precioso.Yo este año por primera vez en mi vida no puedo presumir de plantas, supongo que han notado "malas vibraciones"y se han revelado y están bastante tristonas, esperare unos días a comprar cyclamenes y empezare a mimarlos. Besines.
ResponderEliminarMaite que leyenda tan bonita!!! yo estaba ya pensando en comprar claveles de viento porque eso de no regarlo parece hecho para mí pero no tengo árbol :( . Por cierto hoy he compraddo una planta qeu pusiste el otro día y que me encantó, así que en cuanto la vi me dije, "a mi casa que le tengo a Maite para que me diga como cuidarte" pero he tirado el papel y no recuerdo el nombre snif sniff era algo de purpura, celda purpura o algo así .
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