Buenos días del nuevo año vergelianas. Ayer me fue imposible pasarme por aquí, liada todo el día estuve, pero hoy ya más relajadita y con las ganas tremendas de estrenar nuevo año junto a vosotras, me planto por aquí para charlar largo y tendido con mis mujeres favoritas. El 2018 llegó a su fin, increíble lo rápido que se nos pasó, y en este vergel en la ciudad acabó sus horas con mesas vestidas para fiestear. La de la tradicional Nochebuena, sencilla, para albergarnos en "petit comité"...
Y cuando el esperado día de Navidad, ésta llamó a mi puerta, se abrieron de para en par para recibir a los míos como todos los años...
Larga mesa con mantel en tonos rosados que todas bien conocéis...
Mi vajilla blanca y rosada...
Velones encendidos junto a mi hermosa orquídea blanca...
Servilletas anudadas con románticas alas...
Y lo que es más importante, los míos alrededor de ella dispuestos a degustar mi escogido menú navideño...
Lo pasamos genial, apurando un día de Navidad que, como todo lo especial, pasa volando...
Después vino el día de Sant Estebán que por estos lados es festivo, y esta familia mía, como es tradición año tras año, nos fuimos a la maravillosa Barcelona a comer y pasear por sus calles vestidas elegantemente en modo Navidad...
Admirando la catedral y las calles contiguas...
Un perfecto restaurante de comida italiana porque les encanta a mis niños que cada día están más guapos...
Y una super velada festiva de disfrute sin fin...
Y el último día de este año también tuvo en esta casa su momento repostero. Celia y yo, apurando las últimas horas del 2018, nos metimos en la cocina para hornear deliciosos rollitos de hojaldre y Nutella...
Preparados con esmero...
Y brutales cuando se doran al horno y su masa de hojaldre crece sin fin esparciendo aroma de chocolate por toda la cocina. Se convirtieron en el postre de Nochevieja que como siempre fue en casa de mi cuñada, una anfitriona y cocinera siempre perfecta...
No hay instantáneas de la velada de anoche chicas, pero os puedo jurar que fue especial como todos los años alargándose hasta bien entrada la madrugada. Hoy una servidora se ha levantado temprano a pesar de la fiesta de anoche, más que nada porque no soy mucho de dormir. El día era ideal y he querido aprovecharlo tal y como lo merecía...
Con tareas jardineras mientras los míos dormían...
Sustituir las begonias veraniegas era para mi una tarea pendiente del año anterior. Por increíble que os parezca éstas estaban aún bastante floridas...
Sin embargo dicen que se avecina mucho frío y he decidido cambiarlas por los duraderos ciclamenes y pensamientos...
En rosa variado, en granate y en blanco matizado...
Poco a poco, mi pequeño vergel de la planta de abajo ha adquirido matices invernales pero repletos de color...
Distribuidas las variedades en todas las jardineras exteriores y yo disfrutando del momento...
Y de cada uno de los rincones de mi largo balcón...
Os puedo jurar que las temperaturas a media mañana eran espectaculares...
Los cielos azules y brillantes...
Un perfecto inicio de nuevo año que hay que aprovechar de todas, todas...
Que maravilla de martes...
Bueno vergelianas, inauguramos nuevo año, y yo me propuesto no plantearme propósitos...
Que los meses fluyan tal cual, que venga lo que tenga que venir...
Capearé lo difícil y disfrutaré simplemente de las pequeñas cosas y de los pequeños momentos...
Eso sí, siempre junto a los míos y junto a la gente que quiero. Entre ellos todas estas vergelianas que se asoman por mi ventana esperando a compartir lo que tanto nos gusta...
¡2019, aquí me tienes para recibirte como te mereces, con amplia sonrisa y ganas de comerte!...
Millones de besazos para todas...
