Inspiración navideña...

Os imagináis chicas un nevado paisaje repleto de blanco, al fondo de todo una gran casa con fachada roja. Quizás por allí asomáramos nosotras a golpe de bicicleta. Un rencuentro esperado para celebrar estas navidades...

Nos rodearía el frío...

Y una enorme corona de ramas de abeto nos daría una cálida bienvenida...

Alguien abriría la verja con euforia, hay que entrar de inmediato, antes de que quizás vuelva a nevar con fuerza...

Que maravillosas ventanas las de esta casita roja chicas...

Nos asomamos curiosas, quizás Santa nos haya dejado, por fin, nuestros deseados regalos...

Mejor recibimiento no podemos esperarnos. Hay un banco de madera repleto de cojines, troncos de madera para ser encendidos y mantitas de lana para abrigarnos con amor...

Como toda la fachada de la casa al exterior, los colores que se nos abren por delante son igualmente rojos, clásica Navidad vergeliana iluminada por montones de guirnaldas luminosas...

Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, hasta un pequeño y juguetón peludito asoma por ahí enfrascado en devorar uno de nuestros regalos...

Lo dejamos en su empeño, para sentarnos en esa butaca encantadora lista para merendar...

Hay cajas de galletas de mantequilla, tazones de calentito chocolate, platitos con variados frutos secos y velas encendidas para dar calidez al momento...

Vamos a sentarnos todas, hora de abrir los regalos. Unos esparcidos sobre la gran mesa navideña en alegres colores...

Otros bajo el gran árbol esperando a ser abiertos con enorme nerviosismo...

O arremolinados con vivos envoltorios bajo los alineados calcetines de lana...

Mientras que varias encantadoras muñecas ubicadas en la vitrina, nos remiran curiosas al ver juntas a tantísimas vergelianas...

Como sé que el día se nos hará largo, las habitaciones estárán preparadas para que pasemos la noche. En ellas no faltarán los adornos navideños, corazones mullidos a modo de almohadones, ramas de abeto en jarrones deliciosos y mantitas a cuadros rojos para arroparnos en cuanto nos venga el sueño...

Habrá una para cada vergeliana cálida y acogedora, con  vistas increíbles hacia los nevados exteriores...

Que maravilla de Navidad chicas, todas juntas en agradable tertulia, al abrigo de una auténtica casita de cuento...

Rodeadas de poinsetias en flor,

Rojas bayas...

Muñecos de nieve sonrientes...

Velas encendidas...

Pajaritos cantarines...

Y bonachones peludos encantadores...


Empezará a caer la noche, nos asomaremos al enorme ventanal...

Y de ahí saldremos al exterior animadas por tan mágico paisaje...

Portaremos grandes velones en nuestras manos para alumbrarnos, queremos despedir este día navideño juntas tal y como se merece...

Soñando...

Y sabiendo que al despertarnos por la mañana estaremos todas de nuevo en semejante lugar. Quizás entonces, alguna de estas vergelianas haya madrugado más que ninguna, para prepararnos a todas un sabroso desayuno a la luz de las velas mañaneras...

Siempre al llegar estas fechas tan entrañables imagino un lejano pueblo, una encantadora casita y unos paisajes memorables. Me invento una quedada de mujeres vergelianas celebrando el día de Navidad. Quizás sueñe demasiado chicas, pero nada me haría más ilusión que algún día se materializase para regalo de todas.
Yo por lo menos se lo pido con fuerza a Papa Noel año tras año y quien sabe...a veces los sueños se hacen realidad...

Feliz viernes de preludio de noche de fin de año. Mañana sin dudarlo pasaré por aquí para desearos a todos un soñador 2017...

¿Me acompañareis chicas?...